El Concello de Poio está muy pendiente de la población del municipio mayor de 65 años ya que son uno de los grupos de riesgo ante la propagación del Covid-19.
Por eso es por lo que a lo largo del pasado viernes y de este sábado, la Administración municipal se puso en contacto con más de 500 vecinos que superan los 65 años de edad, para conocer su situación y confirmar se precisan de algún tipo de ayuda.
De todos ellos, la gran mayoría viven con familiares o disponen de allegados que les pueden ayudar. Aproximadamente el 20% son personas que viven solas, si bien son quien de valerse por sí mismos. En todo caso, sus datos fueron transmitidos al departamento de Servicios Sociales, para que mantengan con ellos un contacto permanente.
Aproximadamente el 20% son personas que viven solas
El Concello constata que en la actualidad ninguna de estas personas está infectada ni padece síntomas sospechosos. "Gozan dun bo estado de saúde e as veciñas e veciños que viven sos están realizando a cuarentena como medida de prevención", indica la concejala de Seguridad Ciudadana, Marga Caldas.
La concejala explicó que la Comisión de Emergencia del Covid-19 apostó por realizar estas llamadas porque, aunque la Concejalía de Bienestar Social mantiene contacto con numerosos vecinos mayores (sobre todo de los que se encuentran en situación de emergencia o aquellos que participan habitualmente en programas e iniciativas como Saudemente), "moitos deles son persoas solventes e que non se atopan nun contexto no que precisan das prestacións de Servizos Sociais".
A todos ellos se les pasó el número de teléfono del Casa Rosada, para que se pongan en contacto en caso de que precisen algo.