Una delegación del Fondo Galego de Cooperación e Solidariedade se encuentra desde el pasado fin de semana en Guinea-Bissáu para supervisar los proyectos apoyados en el país lusófono en materia de salud y obtención de agua potable.
El presidente de la entidad y alcalde de Nigrán, Juan González; el vicepresidente y edil de Cartelle, Daniel Fernández, y el vocal y alcalde de Cuntis, Manuel Campos, acompañados por un responsable técnica, aprovecharán también para fortalecer la colaboración gobierno de la Región de Cacheu, socio local en los cinco proyectos financiados con un total de 72.000 euros. La visita finalizará el 25 de mayo, coincidiendo con lo Día de África.
La cooperación directa del Fondo Gallego en Guinea-Bissáu arrancó en el año 2020, con lo objetivo de reforzar la capacidad de respuesta a la pandemia, dotando de materiales de higiene y protección a la población desfavorecida a través de los 22 centros sanitarios de Cacheu (máscaras, lejía, gel hidroalcólico, etc.). Al mismo tiempo, se distribuyeron 12.000 kilos de arroz para paliar la inseguridad alimentaria. Unas 40.000 personas resultaron beneficiarias de estas acciones, en las que si implicaron más de setenta voluntarios que también concienciaron sobre las medidas de prevención frente a Covid-19.
En 2022 se llevaba a cabo en la región otro de los proyectos en el área de salud, concretamente para mejorar la calidad del tratamiento materno-infantil en cinco infraestructuras sanitarias que atienden cerca de 85.000 personas. De este modo, se instalaron una docena de camas hospitalarias y se adquirieron equipamientos como ecógrafos, aspiradores, esterilizadoras, básculas, etc., además de proveer de electricidad y agua a los centros que carecían de ellas.
En los primeros días de la visita, la delegación del Fondo Gallego ya pudo conocer varias de estas instalaciones sanitarias y reunirse con autoridades tanto de Cacheu como de distintos sectores administrativos en los que se estructura la región. Esta tarde se desplazarán a la Isla de Pecixe, donde si desarrollaron los tres proyectos para la dotación de agua potable financiados desde 2021 y de los que si beneficiaron más de 550 familias que viven prácticamente aisladas en las comunidades de Cassaca, Reno y Pessangue. Todas las actuaciones contemplan la construcción de un pozo con un depósito de 4.000 litros y una motobomba alimentada por paneles solares, junto con la canalización cara las fuentes comunitarias, además de la sensibilización sobre hábitos higiénicos y sobre el empleo correcto de este recurso. Se busca reducir así los problemas de salud derivados de la insalubridad del agua y los esfuerzos físicos realizados por parte de las mujeres y la chavalada, que suelen encargarse de recogerla.
La agenda en el terreno continuará mañana miércoles en el Parque Natural de los Tarrafes del Río Cacheu, donde la comitiva conocerá el programa de reforestación de los manglares. A finales de semana mantendrán al mismo tiempo reuniones con representantes del gobierno central y de la Embajada de España en Guinea-Bissáu. Con toda la información recopilada sobre las principales necesidades y demandas en la zona, se decidirán los futuros proyectos con los que el Fondo Galego de Cooperación e Solidariedade apoyará el desarrollo del país africano.
UNO DE LOS PAÍSES MÁS EMPOBRECIDOS
Si bien la República de Guinea-Bissáu viene experimentando cierto crecimiento gracias a la subida de precio del anacardo -su principal exportación-, la inestabilidad política ha sido un grave condicionante para su desarrollo. A esto se suma la destrucción del tejido económico y social en la guerra civil de 1998, cuyas consecuencias perduran hoy en día, situándolo entre los diez países más pobres del mundo. El PIB per cápita es de 753 euros, mientras que la esperanza de vida si halla en los 58 años. No obstante, la riqueza natural y cultural de Guinea-Bissáu supone un gran potencial y existen iniciativas locales desde las que se lucha por revertir la situación.