El limbo en que permanecen las bodas, comuniones y bautizos

Pontevedra
15 de abril 2020

Los meses más álgidos para bodas, bautizos y los que aglutinan las comuniones se han esfumado para los profesionales que se dedican a su organización y celebración. El verbo cancelar se cambia por posponer, pero impera la incertidumbre del cuándo y el cómo

Muchas bodas tendrán que aplazarse a 2021
Muchas bodas tendrán que aplazarse a 2021 / PontevedraViva

Las bodas, bautizos y comuniones se encuentran en este contexto excepcional en un limbo de incertidumbre, tanto entre las parejas y familias que contemplaban estos eventos, como en la diversidad de profesionales que trabajan para su celebración. Coinciden en que sus clientes no han cancelado dichos acontecimientos sociales sino que los posponen, la incertidumbre es: cuándo y cómo.

Mientras tanto, tienen que hacer frente a la paralización de su actividad con la solicitud de expedientes de regulación temporal de empleo en los casos en que tienen trabajadores a su cargo y asumir los gastos que pese al cierre estas pymes y autónomos siguen teniendo. En el caso de los catering "uno de los problemas que tenemos es que no sabemos hasta cuándo. Agosto habrá que olvidarse y septiembre veremos a ver. Muchas de las bodas de este año se irán al año que viene y encajando fechas, porque ya las había reservadas", expone Juan Barreiro, propietario de La Brisa.

Otras circunstancia corresponde a las comuniones que se celebran entre mayo y junio: "se han anulado todas y las están posponiendo a partir de septiembre, pero tampoco sin fechas fijas y así no se puede organizar nuestra agenda". Lo que sí están constatando entre todos los clientes es que quieren llevar a cabo estas celebraciones, aunque sea reduciendo el número de invitados; pero de nuevo pesa la incertidumbre de lo que se permitirá o no.

A ese desconocimiento también hacen frente Elefantes de Cacharrería, dedicadas a la organización de eventos. "Estamos haciendo de organizadoras y de psicólogas, tratando de tranquilizar y calmar los ánimos de nuestros clientes porque estamos hablando de unas fechas importantes para ellos en las que ponen todas sus ilusiones", explica Paula Salgueiro, para cuya actividad "esto es un batacazo brutal".

La actividad de Natalia Lorenzo, gerente de Pattuka, se centra en otra parte de estas celebraciones: vestidos, complementos, accesorios o invitaciones. Además de las circunstancias que comparten con el resto, otro hándicap que ella ha de afrontar es la inversión en invitaciones que ya no serán viables y en los trajes. " En marzo que es cuando se celebra la Barcelona Bridal Fashion Week - aplazada a junio - es donde hubiésemos hecho la compra de la colección. Y ese colchón económico que tienes para hacer dicha inversión es el que tenemos que utilizar ahora para hacer frente a los gastos que seguimos teniendo con el establecimiento cerrado en estos meses".

Una pareja: Ana y Juan Carlos

En esta situación de tensa espera se encuentran también Ana y Juan Carlos, que tienen previsto celebrar su boda a finales de junio. "En principio se mantiene, hablamos con el restaurante y la iglesia y esperan que para esa fecha puedan estar abiertos, con reducción de aforo eso sí", explica el novio.

Después de ponerse en contacto con las empresas contratadas para la celebración, todas le comunican que la totalidad de eventos previstos para mayo fueron cancelados. No obstante, al futuro matrimonio le trasladan un mensaje de tranquilidad pues confían que la situación mejore hacia el verano. "Lo que no va a ser posible seguro es ir a la discoteca después", lamenta.

A pesar del optimismo, no pueden ocultar cierta preocupación por el estado de alarma. "Por número de personas no vamos a tener problema porque el sitio es grande, la única preocupación es que no les dejen abrir porque la pandemia y las medidas de confinamiento continúen en esa fecha, pero ya se verá", concluye esperanzado.