El mismo año en el que nació Aquilina Alonso Pérez llegaron al mundo las actrices Ginger Rogers y Maureen O'Sullivan, el cómico Cantinflas, el también presidente norteamericano Ronald Reagan, el escritor Tenessee Williams o el médico nazi, Joseph Mengele.
Ni siquiera había empezado la primera Guerra Mundial.
Por aquel entonces, según detalla el Anuario Riera del año 1911, Francisco Javier Puig Llamas era el alcalde de Pontevedra, una pequeña villa con 22.330 habitantes de hecho que celebraba cuatro ferias al mes y disponía de un tranvía de vapor que conectaba la capital con el puerto de Marín.
Como recordó José Benito García Iglesias en PontevedraViva, dentro del marco de las fiestas de la Peregrina, en agosto del año 1911, se celebraron unos extraordinarios e inolvidables Juegos Florales.
105 años después, este viernes, Aquilina ha acudido al Concello de Pontevedra para compartir con el actual alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores su alegría por haber cumplido 105 primaveras. "Soy conservadora, porque tengo este traje para bodas, bautizos y comuniones", le dijo al alcalde "parece que estoy de novia".
Sobre el secreto de su longevidad Aquilina cuenta que su marido ya fallecido "le dijo a San Pedro, no la dejes entrar porque si viene nos revoluciona el cielo" y por eso sigue de paseo por Pontevedra.
En una divertida charla con el alcalde, Aquilina le contó que a su marido "lo conocí en París, en la Sorbona, con una beca que gané en Barcelona pero él era de Almería, lo primero que le pregunté fue ¿tendrás cortijo no?".
No tuvo hijos, "no los encargamos", prefirió dedicarse a viajar por todo el mundo. "Mi último viaje fue a Egipto, de allí me traje esta pulsera. A ver si el alcalde me regala otra pulsera", le espetó Aquilina a Lores, "soy una pedichona, pero siempre consigo lo que quiero. También conseguí que el alcalde se ponga la corbata".
"Pero a Pontevedra no la cambio por nada", nuestra centenaria asegura que la Boa Vila es una ciudad "muy bonita, pero están cerrando montones de comercios y usted puede impedirlo, que no pongan tantos Carrefour, usted tiene autoridad y no deje que pongan más".
Aquilina también reprendió al alcalde por abusar del gallego. Aquilina fue directora durante 14 años de un colegio en Barcelona y allí tampoco le gustaba que se emplease únicamente el catalán, una queja que trasladó a los responsables educativos de la Generalitat, "eu sei falar galego, pero non o falo", siguió picando al alcalde.
"El alcalde es pequeniño pero vale mucho. Está a la altura de lo que representa", piropeó al regidor antes de irse, hasta el año que viene.