Muchas cámaras y móviles, música, varias docenas de personas intrigadas y, al fin, luces. La inauguración de la nueva iluminación del puente de O Burgo juntó este martes todos esos ingredientes. Después de varios meses de trabajos para alumbrar el puente ya reformado, la expectación era máxima para el acto oficial del encendido y, cuando por fin se produjo, algunos espontáneos incluso se pusieron a aplaudir. Todos, casi sin excepción, sacaron el móvil y retrataron el momento.
A partir de las diez de la noche se produjo la apertura de la muestra sobre el puente de O Burgo instalada a un lado del puente, a la que asistieron concejales de todos los grupos municipales (BNG, PSOE, PP y Ciudadanos) y después llegó el turno de la inauguración oficial por parte del alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores. Asistieron los mismos representantes políticos municipales sentados en sillas instaladas para la ocasión guardando todas las medidas de seguridad y un público a lo que se exigía el uso de máscaras y entre el que se promovía que se respetasen las distancias de seguridad.
Después de una canción interpretada por el cuarteto de cuerda de la Orquesta Filharmónica Ciudad de Pontevedra, llegó el momento más esperado y a las diez y media se produjo el primer encendido monumental del puente. Media hora después, fue el encendido ornamental con luces de colores.
El cuarteto acompañó el encendido y deleitó el momento que tanto interés despertó entre la ciudadanía. Mientras interpretaba las piezas 'La primavera' y 'El verano' de Vivaldi, desde ambos márgenes del río, y entre el puente de Santiago y el puente de As Corrientes, un elevado número de pesoas observó el espectáculo. Algunos, lo hicieron desde encima del propio puente.
Lores, en su discurso afirmó que se escribe un nuevo hito en la historia de la ciudad con la recuperación del perfil original del puente de O Burgo. Recordó que la obra es un tributo y un homenaje a la preservación de la identidad de la ciudadanía pontevedresa al tratarse del puente primigenio, origen del nombre de la capital.
El regidor se refirió a que, durante más de 800 años, esta infraestructura permitió el tránsito de personas y la conexión de la ciudad con el exterior favoreciendo la conexión intercultural y la desaparición de fronteras. Fernández Lores se remontó al nacimiento del puente romano del que apenas quedan vestigios para continuar relatando la firma, en 1165, de la Paz do Lérez entre los reyes Fernando II de Galicia y Alfonso I de Portugal sobre la que se denominaba "a ponte vella". Ese puente del siglo XII con 15 arcos fue adaptándose a la ciudad medieval y a su comercio marítimo.
A partir del siglo XIV, la construcción fue perdiendo arcos hasta llegar a los 11 establecidos en el siglo XX. En 1954 se ensanchó hasta superar los 11 metros para dar cabida al tráfico de motor con refuerzos en su estructura.
Fernández Lores indicó que después de distintos avatares a lo largo de ocho siglos es momento de que el puente se adapte al modelo urbano sostenible que se desarrolla en la ciudad y por tanto, la intención es que se convierta en un punto de paseo y de encuentro para la población, además de un mirador sobre el río y zona de paso para las personas que realizan el Camino a Santiago.
Desde el gobierno local se destaca que también se elimina la contaminación lumínica con la nueva tecnología de iluminación estrenada este martes que se integra en la barandilla eliminando cableado y armarios eléctricos en la instalación. Destacó el trabajo realizado por la empresa pontevedresa Setga en este diseño de vanguardia y de nivel internacional para que el puente del Burgo sea un espacio de luz que mantenga el carácter hospitalario y acogedor de la ciudad.
Las obras de remodelación de puente y de su entorno habían comenzado el 7 de marzo del pasado año y fueron adjudicadas por un presupuesto de 2.057.000 euros. El proyecto permitió acondicionar un espacio público de referencia en la ciudad, dotándolo de preferencia peatonal y apostando por la recuperación y puesta en valor del patrimonio que representa.