El paso de tiempo está dando la razón a AVITURGA, la Asociación de Viviendas Turísticas de Galicia preveía que Galicia sería un "destino ideal" para disfrutar de las vacaciones estivales. Si las reservas en los últimos años comenzaban a recibirse en febrero o marzo, en este 2020 ya llegaban desde enero. "A pesar de las circunstancias del confinamiento, las reservas para el verano se mantenían en Galicia, mientras que en otros destinos se cancelaban", explica la presidenta de la Asociación, Dulcinea Aguín.
Aquí, añade, se dan circunstancias como la diversidad del destino o menor masificación que son "oportunidades para nosotros". Desde finales de abril se fueron confirmando más reservas para agosto y septiembre y recibiendo numerosas consultas para el mes de julio. Desde la semana pasada, cuando el Gobierno central animaba a la población española a hacer planes vacacionales, "fue el boom" comenta Abuín.
¿De dónde procederán estos turistas?, fundamentalmente del norte peninsular: Asturias, Cantabria, País Vasco y del centro como Madrid y Castilla León. Los condicionantes que conlleva la coyuntura pandémica está favoreciendo la búsqueda de viviendas turísticas, tanto de costa como de interior y "notamos que sí que hay un trasvase de búsquedas de viviendas entre clientes que solían optar por otro tipo de alojamientos". Un equipamiento que igualmente más se demanda para este verano: disponer de piscina. Y otro dato positivo para el sector: las estancias van a ser más prolongadas.
Por el contrario, con menor demanda están "las zonas pegadas al Camino de Santiago ya que el perfil era de turista extranjero y si no hay apertura de fronteras, ni medios de comunicación se complica; y también es un turismo que planifica con tiempo". Estas dificultades para planificar hacen que estén a merced de la evolución o retroceso de la pandemia; en todo caso la previsión y manteniendo la prudencia es que: "tenemos la esperanza de salvar la temporada de verano".