Zaida Gallego es una trabajadora autónoma marinense. Se dedica al sector de la peluquería desde hace siete años, uno menos desde que se ubica en la calle Concepción Arenal. El viernes ante el cariz que estaba tomando la situación provocada por el COVID19 decidió echar el cierre a su negocio: "yo tengo familiares de alto riesgo y preferí no arriesgarme; así que el viernes dije a mis dos empleadas, nos vamos a casa todas".
Por su salud, por la de sus empleadas y por la de su clientela Zaida comunicó la decisión también a través de su perfil de Facebook.
Al conocer la tesitura, su arredador le hizo llegar un whatsapp, preocupándose primero por su estado de salud y en segundo lugar comunicándole que mientras tuviera el negocio cerrado "ya fuese por orden del Gobierno o por decisión mía, no me cobraba el alquiler". Una noticia que prefirió no reservarla sino mostrarla en su red social para dar las gracias públicamente a esta persona por su decisión.
Desde luego que ese ahorro no es baladí para Zaida, que como cualquier trabajador autónomo que haya tenido que cerrar su negocio tendrá que seguir haciendo frente a diversos gastos pese a que no genere ingresos. No tener que contar con este gasto es una ayuda importante para trabajadores autónomos como ella.
Su arrendador quiere mantener el anonimato, según le ha transmitido a su joven arrendataria. Parece ser que a día de hoy se encuentra jubilado y que era un trabajador por cuenta ajena en su vida laboral, lo cual todavía dice más a su favor. Si este caso resulta motivador y evidencia la solidaridad en momentos difíciles; refuerza la motivación otro hecho que confirma Zaida Gallego: "hay gente que ya me dijo que tampoco iban a cobrar sus alquileres". Así que parece que el ejemplo va a cundir en Marín.
Esta peluquera lo tiene claro: "nos tenemos que ayudar mutuamente, no podemos pensar en uno mismo, hay que pensar en todos; si no mal vamos. Hoy por tí mañana por mí".