Madres y abuelas de niños y niñas que en los últimos tiempos han visto cómo los informes del Imelga, de los Puntos de Encuentro Familiar (PEF) y de los Gabinetes de Orientación Familiar han afectado en los procedimientos de custodia de menores aplicando los postulados del "falso Síndrome de Alienación Parental" siguen alzando la voz y este lunes se concentraron a las puertas de los juzgados de Pontevedra.
Estas mujeres han querido preservar su identidad para no exponer a sus hijos e hijas, pero no han querido permanecer calladas y, portando pancartas, han ido allí dónde creen que está el origen de la "violencia institucional" que sufren, la sede judicial pontevedresa.
En esas pancartas denunciaban que "los equipos psicosociales de Pontevedra apoyan al maltratador y encierran a sus hijos/as en centros de menores como si los enfermos fueran ellos". En declaraciones a PontevedraViva han explicado que lo que quieren decir con esta afirmación es que, con sus informes, han motivado "arrancamientos de manera violenta" de menores que han terminado en centros de menores sin ver a su familia.
Al respecto, cabe recordar casos recientes ya denunciados en este periódico como los de casos de Cambados y Marín en los que los juzgados, en pleno proceso para revisar custodias, han optado por sacar a los niños y niñas del colegio y llevarlos a centros de menores para "desintoxicarlos" de su madre por ese supuesto Síndrome de Alienación Parental (SAP).
Las madres y abuelas que se concentraron este lunes recuerdan a esas madres, pero también a muchas otras como una cuyos niños "están viviendo día tras día con ansiedad y miedo y angustia porque conviven con personas con las que nunca quieren estar y que las tratan mal".
"Se está yendo a los colegios a arrancar a los niños de su entorno conocido, obligándolos a vivir con padres que fueron ausentes o no los trataban bien. Hay madres que llevan más de un año y medio sin ver a sus hijos hay otros casos que deciden internar a los niños en centros de menores, supuestamente para desintoxicar los del cariño de sus madres", relatan.
No dan nombres para que nadie apunte a sus hijos y los revictimice, pero sí cuentan casos y lanzan un SOS. "Basta ya de Tortura institucional a madres e hijos/as", ponía una de esas pancartas y, en persona, alertan de las "consecuencias devastadoras " de esos informes que emiten los equipos psicosociales de Pontevedra para los niños y las niñas.
Denuncian que esos equipos "deberían estar formados en infancia y tener perspectiva de género y no lo están y se está viendo las graves consecuencias" y lanzan un llamamiento "para que esto pare, ya que es una tortura tanto para niños como para las madres y las familias que luego están sufriendo".
Para estas madres y abuelas, "En Pontevedra, informe psicosocial = falsedad documental" y alertan de que "los equipos psicosociales de Pontevedra les están robando la infancia a nuestros hijos".
Estas mujeres se sienten "víctimas de violencia institucional y justicia patriarcal" y quieren denunciar las prácticas del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), los PEF y los Gabinetes de Orientación Familiar y de los juzgados que fundamentan sus decisiones en estos informes "para hacer prevalecer una visión sobrevalorada de la figura paterna, la que no ha estado presente durante la convivencia, interpretando que el interés superior de las criaturas es tener un contacto fluido con el progenitor, cuando nunca antes lo han tenido o, en su caso, ha sido perjudicial para ellas".
Como parte de su SOS, exigen que se respete la voluntad y el deseo de sus hijas e hijos para que convivan con quien autónomamente decidan y que establezcan con sus progenitores la relación que quieran, "sin tener que someterse a medidas coercitivas de los PEF ni de los Gabinetes de Orientación Familiar".