Durante las semanas de confinamiento, ir a comprar el pan, fue una de las escasas excepciones para salir de casa. Por su parte, los panaderos fueron uno de los colectivos profesionales considerados esenciales que sí continuaron con su actividad diaria. Pese a ello, este sector no es ajeno a los perjuicios económicos de la pandemia generada por la COVID-19.
Este próximo sábado 16 de mayo, el calendario señala la onomástica de San Honorato, patrón de los panaderos. Desde Aproinppa, la Asociación Provincial de Panaderos y Pasteleros, señalan que "habitualmente hacemos una comida de confraternidad, pero este año tuvimos que suspenderla".
Dani Pampín, panadero, pontevedrés y vocal de la asociación, pone los datos que deja la situación de los dos últimos meses entre el sector en la provincia de Pontevedra: una bajada en las facturaciones que oscila entre el 50 y el 70%. "En esta situación se vende menos pan al cliente particular y a la hostelería y restauración lógicamente, cero. Así que económicamente se notó muchísimo".
Hacer pan en casa ha sido una de las actividades estrella del confinamiento. Buena constancia de ello tiene Dani Pampín que desde las redes sociales de Amásame Bakery Lab estuvo dando reflejo a la ingente cantidad de consultas que le hacían llegar. "Me encantó que la gente se pusiera a hacer pan en casa porque así se dan cuenta de la realidad. Del pan que se está vendiendo. Que el pan tiene su proceso, que cuanta más horas de fermentación tiene, mejor es".
"Nos llamaba mucha gente diciendo, oye Dani que estoy haciendo pan en casa y nos está sentando mal. Claro, estaban excediendo muchísimo las cantidades de levadura; porque internet puede ser muy peligroso también para esto. Muchas personas se dieron cuenta que cuanto más tiempo de fermentación, mejor pan tenemos y nos sienta mejor. Así que, en este confinamiento las personas se han dado cuenta lo que cuesta nuestro trabajo y empezaron a valorarnos más".
Con el inicio de la desescalada "claro que notamos más gente, sobre todo los fines de semana". Por ahora y por prudencia y seguridad para todos, están vendiendo sus productos "por ventana" sin abrir el establecimiento al resto de servicios que ofrecían habitualmente.