Nacidos hace un año, los ravacholitos se reinventan en una nueva caja que recoge la historia del popular loro. Ravachol le da nombre a estos dulces que se preparan en la heladería Stromboli de Pontevedra, situada en el lugar que ocupaba la botica de Perfecto Feijoo, el "padre" del loro, en Michelena número 1, y que fue derribada en 1947 para ensanchar la calle.
"Son seis caixas diferentes deseñadas pola artista Ana Seoane e os textos elaborounos Eduardo Esteban, da Farmacia Esteban, un coñecedor da historia de Pontevedra", señalaba Rubén Rodríguez, el dueño de la tienda y creador de estos minicruasanes de mantequilla con distintas coberturas de chocolate con leche, negro y blanco "e un secreto especial que lle dá sabor e que non se pode contar".
Rodríguez explica que las cajas contienen una historia común, en gallego y castellano, impresa en la solapa interior, y seis diseños diferentes, donde varía tanto la anécdota que se cuenta en el lateral exterior de la caja como la ilustración de Ravachol, en la que destaca la dedicada al Carnaval. El propio creador de estos dulces afirma que de todas las historias que recogió Eduardo Esteban lo que más le sorprendió es saber el gran número de personalidades que habían pasado por la botica, como Emilia Pardo Bazán, Pérez Galdós o Unamuno.
"As ilustracións van dependendo das épocas do ano. O Entroido, evidentemente porque é o tempo de Ravachol, pero tamén Ravachol en parella, nadal, primavera, cumpreanos, e como está situado no Camiño de Santiago non podía faltar a referencia ao Xacobeo", apuntaba la diseñadora Ana Seoane.
LA HISTORIA IMPRESA EN LA CAJA
"El loro Ravachol es la figura más emblemática e internacional de la ciudad de Pontevedra. Fue un loro propiedad del ilustre farmacéutico D. Perfecto Feijoo Poncet, titular de la Botica de la Peregrina, que se encontraba en este mismo lugar. Ravachol llega a Pontevedra en el año 1892, como regalo de un regimiento militar al boticario, y es bautizado con el nombre del anarquista que sembraba el pánico en aquellos días en Francia, el dinamitero Francois Ravachol, lo que da una idea del carácter alborotador e irreverente del ave".
De este modo se ilustra el inicio de la historia de Ravachol que recogió el farmacéutico y cronista Eduardo Esteban Meruéndano, con citas de José Luis Calle y su obra 'Aires da terra, a poesía musical de Galicia'. Esteban destaca las muchas anécdotas del loro y su capacidad para reproducir frases y sonidos que creaban situaciones muy cómicas.
El loro era un reclamo en la céntrica botica e incluso se le hizo un ritual fúnebre a su muerte en 1913, ocurrida el lunes de Carnaval. Actualmente, la recreación del entierro de Ravachol pone el final al Carnaval de Pontevedra.