Mil personas pasaron este sábado en tan sólo siete horas por Santa Clara en la que fue la primera de dos jornadas de puertas abiertas y visitas guiadas organizadas por el Concello de Pontevedra coincidiendo con el primer aniversario de su compra.
La ciudad volvió a mostrar, de esta forma, el interés por estas instalaciones religiosas que durante siglos permanecieron cerradas al público, tal y como había sucedido en los últimos meses en jornadas de puertas abiertas de naturaleza similar.
El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, y el concejal de Patrimonio histórico, Xaquín Moreda, también quisieron acercarse hasta las puertas de Santa Clara y el regidor destacó que estas jornadas de este fin de semana "unas de las más completa que hicimos hasta ahora" a causa de la presencia de expertos y profesionales que divulgan y ponen en contexto los hallazgos que fueron apareciendo en los últimos meses y que se están incorporando a la historia de la ciudad.
El interés ciudadana en estas visitas demuestra, en palabras de Lores, que su adquisición por parte del Concello es "una enorme ilusión compartida por todos los pontevedreses y pontevedresas".
El alcalde insistió en que Santa Clara sigue funcionando como una cápsula en el tiempo que aporta docenas de historias y que sigue reclamando el interés de la población.
Desde las anteriores visitas realizadas después de la compra, las instalaciones experimentaron un enorme cambio y, además, en esta ocasión, los visitantes reciben información complementaria.
Lores señaló, después de hablar con algunos de los visitantes, que "toda la gente a la que le estamos preguntando esta mañana después de realizar la visita sale encantada", pues "recibe muchísima información y se nota el orgullo que sienten al comprobar cómo la ciudad pudo incorporar Santa Clara, un grande espacio arquitectónico y natural, al servicio público".
Santa Clara vuelve a abrir sus puertas este domingo 4 de diciembre en horario continuado de 10.00 a 17.30 horas.
La iglesia es el "centro de recepción de visitantes" donde se proyecta un vídeo de unos tres minutos sobre las labores de excavación y los datos históricos de los que ahora se disponen sobre Santa Clara. Se hace un recorrido por los trabajos arqueológicos guiado por los profesionales que trabajaron en ellos.
Tras acceder a la iglesia, los visitantes entran por la puerta de carros para dirigirse hasta el edificio del siglo XVIII, a la llamada sala de las tullas donde se encontraron muros de las antiguas edificaciones de Santa Clara. Se trata de un bajo no abierto al público ya que estaba totalmente lleno de escombros.
Continúan hacia la bodega, para salir por el claustro donde pueden ver los enterramientos sin los huesos retirados para su estudio. A continuación, salen hacia el exterior para ver las canalizaciones y pavimentos encontrados a un lado del antiguo cementerio y se trasladan por el jardín al antiguo refectorio y la cocina, donde se les indican las costumbres y la evolución de aquellas dependencias.
Antes de salir, pasan por la parte más antigua de la edificación, donde se les explican las hipótesis que se barajan sobre la creación del convento.