El Consejo Rector de la Cofradía de La Divina Peregrina acordó este año la suspensión de dos de los tres actos religiosos que cada agosto honran a la Virgen en su fin de semana grande, de modo que no se programaron las tradicionales ofrenda y procesión y tan sólo habrá este domingo la Misa Pontifical. Pese a todo, la devoción por la patrona de la provincia se ha dejado notar este sábado en el templo capitalino y ciudadanos anónimos quisieron hacer ofrendas espontáneas para que su día grande no pase sin pena ni gloria.
El presidente de la Cofradía, Ignacio Landín, explicó este sábado, al pie del templo, que estos ciudadanos llevaron durante toda la mañana flores para la Virgen que se depositaron en una mesa situada en el exterior del tempo y tienen intención de colocarlos en los accesos al santuario.
Hay que retrotaerse a la guerra civil española para encontrar la última suspensión de estos eventos religiosos en honor a la Virgen Peregrina, de modo que muchos pontevedreses no pudieron evitar dejarse llevar por la tradición de llevar flores a la patrona de la provincia. De todas formas, en general, según explica Landín, los fieles les ha apoyado en su decisión de suspender los actos más multitudinarios por la alerta sanitaria. "La gente nos dice que tengamos mucha precaución", indicó.
El sábado de las fiestas de la Peregrina suele realizarse una ofrenda floral y sale la carroza procesional, pero este año tan sólo se notó la jornada festiva en esas flores de los fieles y en el ambiente festivo que rodeó al templo. En el interior, algunos fieles quisieron ir a rezar con todas las limitaciones de los protocolos sanitarios establecidos por la Cofradía.
Dentro del santuario sí quisieron que la Virgen luciese en todo su esplendor y ya el viernes, según explicaron desde la Cofradía, le cambiaron atuendo y le vistieron el vestido, sombrero, esclavina, cingulo y cartera que cada víspera de la Peregrina suele vestir a la imagen. Se trata de un traje con bordados de oro confeccionado en 1992 por las monjas clarisas de Santiago por encargo de la Cofradía y que tiene complementos donados hace unos años por la familia Cervera-Mercadillo.
De cara a este domingo, la Virgen tampoco saldrá en procesión ni se realizará la tradicional ofrenda que realiza la Deputación Provincial cada año, pero a las 12.00 horas sí se celebrará la Misa Pontifical, oficiada como corresponde por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio.
Solo podrá acceder al interior un máximo de 48 personas; la mitad de su capacidad. Para compensar esta restricción se van colocar bancos en el patio del santuario y, en total, habrá 72 plazas y este año no se ha reservado ninguna para autoridades.
Este domingo, para compensar esa ausencia de profesión y ofrenda, el templo acogerá cuatro actos litúrgicos en lugar de los tres habituales y tiene previsto que "para compensar que no hay ofrenda, habrá una monición de entrada" que leerá el propio Ignacio Landín. Tienen que darle "muchísimas gracias" a la Peregrina, explica el presidente de la Cofradía, convencido de que "la Virgen Peregrina nos cuida y es lo que nos hace falta en estos momentos".