En estos días excepcionales de confinamiento, resulta inevitablemente excepcional esta fecha del 19 de marzo. Un día para muestras de cariño, que esta vez, paradójicamente, están supeditadas a la distancia y a la proximidad al mismo tiempo. Las redes sociales están nutriendo de ideas para dar ese toque diferencial a la jornada festiva.
Se propone que ese aplauso de las ocho de la tarde dedicado a personal sanitario y resto de colectivos que estas semanas tienen que salir a trabajar, se dedique también a los padres. Otra de las ideas que está llegando por Whatsapp es que a las siete de la tarde, se salga igualmente a balcones y ventanas para cantar el 'Hola don Pepito' de Los Payasos de la Tele: "empezarán a cantar todos los que vivan en portales impares y les responderán los que vivan en portales pares".
La imaginación y el sentido del humor - idiosincrasia de los españoles -, tampoco falta esta jornada. Circulan por los móviles un vídeo en el que un padre es sorprendido por su familia con una caja debidamente adornada y en cuyo interior ¿qué hay?... ¡rollos de papel higiénico!.
Las tecnologías van a unir virtualmente a las familias, ya estén a unos metros o a kilómetros de distancia. Antonio habitualmente se reunía con su mujer, su hijo y su hija en su casa. Son unos hijos de regalos útiles, pero esta vez tendrán que esperar esos detalles. Cada uno está en su domicilio entre Poio y Pontevedra y confían en que la vídeollamada a tres bandas no les impida verse y felicitarle. Una situación que se repetirá la próxima semana, ya que Antonio estará de cumpleaños.
Sin abrazos por su trabajo
José pasa el día de hoy alejado de una de sus hijas que se encuentra en Madrid, donde estudia. Tiene cerca a su otra hija y su mujer, en su casa, en Pontevedra. "La pequeña hoy al despertar me ha felicitado, este año sin abrazos ni besos porque como yo salgo todos los días al trabajo y atiendo al público, lo estamos haciendo así desde el primer día". Pese a la distancia dentro del domicilio y la preocupación por la hija mayor, no pierde el humor: "también decidí el primer día de confinamiento no afeitarme. Yo siempre he sido muy besucón con todo el mundo y no me gusta picar con la barba; así que hasta el día en que esto se ponga bien y podamos abrazarnos y besarnos de nuevo, la barba estará conmigo".
Los regalos más que nunca se suplen con imaginación, bien por olvido, bien por no haberse podido comprar. Los ha habido previsores; José Luis recibirá un regalito envuelto en papel de periódico; regalito que sus hijas encargaron por comercio online y que además servirá como entretenimiento para las horas ociosas. Una de ellas está a su lado, otra junto a su nieta le felicitará por videoconferencia.
Manos en la cocina
Benito habitualmente este día de San José come fuera con su mujer y sus dos hijas. Este año va a ser en casa, pero también tendrá su toque especial porque "no hemos podido comprarle nada, le estamos haciendo una tarta de fresas con nata, así que de regalo un dulce, que viene siempre bien". Habitualmente esta familia aprovecha esta semana para reunir a más miembros de la familia que están dispersos por Galicia y homenajear al abuelo; la convocatoria queda aplazada, seguro.
Diego vive por primera vez esta fecha como padre. Esta mañana su pareja y el bebé "vinieron con un globo que decía feliz día papi y me regalaron un marcapáginas hecho por ellos". Ayer hicieron en el supermercado una compra especial para poder hacer hoy una comida más elaborada y no podrán salir fuera, pero su restaurante será hoy la terraza.
Y no caen en el olvido los padres que ya no están y que llegada esta fecha solían recibir ramos de flores en los cementerios. Esta vez no tendrán ese motivo floral, pero la ausencia seguro que tiene su momento especial en la memoria, que es donde siempre están presentes. Para todos: ¡excepcional día del padre!