Paula Dapena se ha convertido sin buscarlo ni esperarlo en la voz de muchas mujeres y su grito de rebeldía ante el sinfín de homenajes póstumos que se realizaron a Diego Armando Maradona tras su muerte el 25 de noviembre, pese a su historial de denuncias por maltrato. Tras su muerte, empezaron a repetirse los minutos de silencio en campos de fútbol y el gesto de esta joven pontevedresa en uno de ellos, al negarse a hacerlo, hizo que muchas se sintiesen representadas. Para muchas personas se ha convertido en un referente y ella se siente "orgullosa" de tener "la oportunidad de dar voz a muchas".
Cuatro semanas después de este gesto, en el que se sentó en silencio y de espaldas mientras en el campo se rendía el homenaje, la joven responde a las preguntas de PontevedraViva y hace repaso de lo ocurrido desde ese 28 de noviembre. Al día siguiente, la noticia con su reivindicación publicada en este periódico empezó a viralizarse. En cuestión de horas, su nombre se convirtió en Trending Topic en Twitter, medios de todo el mundo se hicieron eco de la noticia y empezaron las entrevistas, los apoyos y también los insultos y amenazas.
La repercusión fue tal que pasó de tener 500 seguidores en redes sociales, sus amigos cercanos, a llegar en 2 días a 17.000, "una locura", según sus palabras. Los muchos mensajes de apoyo los ha conservado, pero las amenazas decidió eliminarlas. Antes, hizo a todas una captura de pantalla por si necesita denunciarlas, si bien, de momento, ha optado por no hacerlo, pues "a parte de son anónimas, son internacionales" y asume que es "difícil" rastrearlas. "Si no me llega nada más a partir de ahora, no le daré mucha importancia", explica.
La mayoría de esas amenazas llegaron desde Argentina e Italia y muchas eran de gente adulta, pero también de "niños de 13 años que ni vieron jugar a Maradona". Si bien los insultos los recibió de hombres y mujeres, las amenazas procedían de perfiles masculinos.
Entre ellas, hay "amenazas de muerte, de violación, barbaridades de muchos tipos", pero las que a ella realmente le molestan son las que le llegaron a sus compañeras de equipo, "que no tenían nada que ver con el tema, simplemente estaban allí y luego dijeron que me apoyaban". Saber que las estaban atacando a ellas fe "duro". "Me sentí un poco culpable de haber hecho algo que repercutiera también en sus vidas de alguna manera", reconoce.
Un porcentaje elevado de los mensajes recibidos a través de redes sociales seguían el mismo patrón de reproducir ideas machistas: "vete a fregar, veta a la cocina". Lejos de ofenderse, Paula se muestra sorprendida y se pregunta: "¿de verdad no se te ocurre nada mejor para decirme? Échale un poco de imaginación". Tampoco faltaron los que hicieron bromas con su apellido, "Paula, das pena", y con el resultado 10-0 con el que su equipo perdió el partido en el que se hizo el minuto de silencio.
Muchos de esos mensajes le reprochaban su gesto, pero también sus ideas feministas. "Me llamaban feminazi. Luego me decían: como feminista sí que vales pero como futbolista no", explica. "Feminista de mierda, te mereces todo lo malo que te pase", fue otro de los mensajes recibidos.
En general, Paula ha llegado a la conclusión de que "al final, ya no es que me haya sentado, es el hecho de ser feminista, que a muchos hombres le molesta. ¿Qué pasa, que no puedo tener los mismos derechos que tú? ¿Es eso lo que te molesta? Lo llega a hacer un hombre y no le pasa lo mismo, me pasa a mí porque soy mujer y porque encima soy feminista".
"Al final, ya no es que me haya sentado, es el hecho de ser feminista, que a muchos hombres le molesta"
Ahora que echa la vista atrás, Paula está sorprendida de la repercusión de su gesto, pues en ese partido "ni siquiera había público; con la covid, fue partido a puerta cerrada y la foto realmente la hizo una compañera para tener de recuerdo". Ella pensaba que se quedaría en una anécdota entre su familia y amistades y finalmente se encontró con una situación "surrealista" y que llegó a ser "muy agobiante", con entrevistas en decenas de medios de comunicación diarios y notificaciones continuas en sus redes sociales.
La repercusión fue tal que durante las dos primeras semanas "ni leía ni contestaba mensajes" porque su vida seguía, tenía que seguir estudiando y entrenando y el móvil ardía de actividad, con "notificaciones cada segundo". En esos momentos, "me agobié y me saturé bastante", confiesa. Pasados esos días iniciales, sin embargo, ya ha tenido tiempo para responder a todos los mensajes de cariño.
En general, se sintió muy querida y apoyada, en especial por colectivos feministas. "Me hablaron mujeres de Argentina, México, Colombia… la verdad es que muchas mujeres se volcaron conmigo, me apoyaron muchísimo y sí que me sentí muy respaldada por todas ellas", explica agradecida.
Todo lo ocurrido no ha hecho nada más que reafirmar sus ideas feministas y sus ganas de dedicarse a la docencia para contribuir a mejorar el mundo, pues "aunque todo ha mejorado mucho, sigue habiendo muchos estereotipos machistas, sobre todo en la educación física y en el deporte y creo que es algo que hay que cambiar en el presente y en el futuro para que los niños y niñas puedan jugar libres de estereotipos y de roles sexistas, que al final no hay juguetes de niños ni de niñas ni ropa de niños o de niñas y que cada uno realmente puede hacer lo que quiera".
"Muchas mujeres se volcaron conmigo, me apoyaron muchísimo y me sentí muy respaldada por todas ellas"
Ella ya antes de que su gesto diese la vuelta al mundo había sufrido en primera persona las dificultades de ser mujer y futbolista. Por esta actividad ha tenido que acostumbrarse a recibir comentarios machistas como "vete a fregar" o "perteneces a la cocina", a los que "al final, te acostumbras y pasas un poco de ellos" y le enfada ver las diferencias con respecto al deporte masculino, pues "incluso en las jugadoras de la primera división de la Liga Iberdrola hay muchas que no tienen un sueldo para vivir mientras que en el masculino están ganando millones".
Paula también se ha reafirmado en sus opiniones sobre Maradona, al que reconoce sus méritos en el campo, pero no entiende que haya personas que lo tengan como ídolo. "La verdad es que me da bastante vergüenza que haya gente que siga admirando a personas así", indica, y saca a la luz la hipocresía de muchas personas que "el 8M y el 25N suben fotos a las redes sociales de apoyo a las víctimas y luego son los primeros en defender a esos ídolos; yo entender no lo entiendo".
En la primera entrevista con este periódico el mismo día del minuto de silencio manifestaba que una de las cosas que le molestaba es que justo se acababa de celebrar el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia sobre la Mujer, y no se había rendido a las víctimas tantos homenajes como a Maradona, fallecido ese mismo día. Ahora mantiene esa reflexión y añade que cree que "hay que dar un pasito más allá porque realmente haciendo una pequeña manifestación no se nos está haciendo ningún caso, entonces, hay que reivindicarse un poco más todos los días y alzar la voz todos los días y que sean ellos los que tengan miedo y no nosotras".
¿Estás satisfecha con el resultado?
Sí. La verdad es que estoy muy orgullosa porque no solo ha dado la vuelta al mundo sino porque mucha gente se ha sentido representada por el gesto. Ahora soy como una referencia para muchas niñas y me enorgullece mucho.
¿Lo volverías a hacer?
Sin ninguna duda.