"Somos persoas, temos familia, non somos nin números nin máquinas". Con esta frase se expresa José Eiras, delegado de UGT en el comité de empresa de Celtic Estores, entidad perteneciente a la multinacional Bandalux, que cuenta con una nave en Moraña y un total de 250 trabajadores que se dedican a la elaboración de toldos, persianas, estores, mosquiteras o cortinas. Denuncian que la mayoría del personal en las últimas semanas sufre unas condiciones laborales "inhumanas, insalubres y penosas".
Según relatan tanto José Eiras como Pilar Mosquera, delegada de CCOO en el comité, meses atrás alertaron a la entidad de que no se podrían realizar todos los pedidos de cortinas en verano ante el incremento de la demanda. Como solución, la nueva dirección de la empresa en lugar de proponer bolsas de horas voluntarias y horas extra los sábados decidió evitar la negociación laboral, una vez que los representantes de los trabajadores se negaron a aceptar el pago de las horas extra por debajo de lo establecido en el convenio del sector textil.
Denuncian que Miguel Comesaña, director general de Bandalux, llegó a amenazarles con un ERE extintivo que afectaría a 26 trabajadores e invitó al personal a abandonar la empresa si no aceptaban las condiciones. A continuación, implantó las bolsas de horas obligatorias con el horario laboral de diez horas continuadas a partir del 21 de junio y, al menos, por un período de mes y medio.
Pilar Mosquera explica que la mayoría del personal de la nave tiene edades superiores a 50 años, trabajan de pie en unas instalaciones poco ventiladas y sin climatización que, durante estas fechas, alcanzan los cuarenta grados de temperatura. Todo el trabajo es manual y los representantes sindicales aseguran que el ritmo de trabajo es muy fuerte durante las diez horas ocasionando contracturas, molestias en cervicales y en la espalda.
Denuncian que este mes trabajan, a diario, diez horas continuadas, de pie, a 40 grados de temperatura en la nave de Moraña
"Queremos denunciar un horario y condiciones laborales abusivas y penosas que producen un cansancio en los trabajadores", alertan ante el temor de que se registren accidentes laborales en la nave de Moraña. Aseguran que ya hay compañeras de baja con cuadros de ansiedad provocados por la presión a la que son sometidas con un control contiuo de rentabilidad en diferentes secciones de esta factoría.
Indican, además, que esta amplitud de horario provoca problemas de conciliación de trabajadores que cuentan con menores a su cargo o con personas mayores a las que tienen que atender. Consideran que la política de la empresa es "explotar a los trabajadores" al menor coste posible, ya que 180 de los empleados pertenecen a la categoría inferior del convenio textil con nóminas de 1.100 euros con pagas extra incluídas.
Representantes de UGT y de CCOO, como Ramón Vidal y Pedro Comesaña, también consideran "dictatorial" la postura de la dirección de esta multinacional. Por este motivo, anuncian que trasladarán la situación actual ante la Inspección de Trabajo e iniciarán movilizaciones en las próximas semanas en caso de que no se establezca el diálogo por parte de la empresa.