Con mesas individuales para cada concejal y separadas entre sí. Así ha vuelto la actividad política al Teatro Principal. Tras la crisis sanitaria de la COVID-19, Pontevedra ha retomado sus plenos municipales. Lo ha hecho, eso sí, con la presencia física de la mitad de la corporación.
Doce de los 25 concejales han acudido al pleno. El resto ha participado desde casa, después de que el Concello habilitara la vía telemática para que pueden votar. Para ello, los trece ediles que han optado por esta vía han tenido que certificar que se encuentran en territorio nacional.
En esta peculiar e inusual situación, las consecuencias económicas derivadas de la pandemia han protagonizado el debate político, resquebrajando en cierta medida la unidad política que se había forjado desde que se decretó el estado de alarma por el coronavirus.
Todo comenzó con la moción presentada por el PP para que el Concello reduzca de manera "significativa", según Rafa Domínguez, los impuestos y tasas municipales al comercio y a la hostelería ante los problemas que han tenido para desarrollar su actividad.
El portavoz popular entiende que el modelo de Pontevedra "no sería lo mismo" sin ambos sectores y ha defendido que esta menor carga fiscal permitiría "aliviar el sufrimiento" de numerosas familias pontevedresas.
"No sean insensibles ante la gente que lo está pasando mal", ha añadido Domínguez, que ha contado con el apoyo del edil Goyo Revenga, que ha reclamado "gestos y empatía" con un sector "fundamental" para la economía de la ciudad.
BNG y PSdeG-PSOE han rechazado esta iniciativa. El edil César Mosquera ha defendido que las tasas que afectan a estos sectores "xa están suspendidas" y ha avanzado que el Concello tomará todas las medidas "que se estimen necesarias" para aliviar esta crisis económica.
En todo caso, Mosquera ha apelado a la "prudencia" ante la "alta imprevisibilidade" en la evolución de la pandemia y la posibilidad de un próximo rebrote. "Intentar ser máis listos que ninguén leva a despilfarrar os cartos e facer cousas que raian o ridículo", ha añadido.
Esta negativa llevó a Rafa Domínguez a acusar directamente al alcalde de "dejar tirados" a comerciantes y hosteleros y de "no dar la cara por ellos" y dejarlos "en la estacada". Además, ha advertido que con esta falta de apoyo "muchos no podrán ni abrir".
PLAN GALLEGO DE REACTIVACIÓN ECONÓMICA
Las tornas se han invertido, como era previsible, en la iniciativa conjunta presentada por socialistas y nacionalistas para instar a la Xunta de Galicia a diseñar un plan gallego por la reactivación económica para afrontar las consecuencias de la pandemia.
El edil Iván Puentes ha explicado que esta iniciativa debería ser "organizada e planificada" por el gobierno gallego y estar "delimitada" por sus competencias, de forma que la acción de las administraciones "non sexa a golpe de ocorrencias ou ideas supostamente creativas".
El socialista ha censurado que, a lo largo de esta alerta sanitaria, Alberto Núñez Feijóo "silbara para o vento" mientras los ayuntamientos gestionaban esta crisis "como podían", tratando de paliar la grave situación que ha provocado el coronavirus.
"Deixen de facer campaña electoral, sumen esforzos, pacten e negocien", ha reclamado Puentes al PP, que ha lamentado que el Concello "no haga nada" y se lo pida a la Xunta. "No han hecho nada en tres meses aparte de pedir a los demás que resuelvan los problemas", ha asegurado Rafa Domínguez.