La música, la gastronomía, la danza, la poesía... las artes también tienen su componente arquitectónica y así es Mauro Lomba Martínez. Un arquitecto con múltiples sensibilidades artísticas. Un arquitecto que reivindica los cinco sentidos. Guardés de origen, hijo de Angélica y Mauro, con los que le desborda la emoción al hablar. Tercero de sus siete hijos, los Raigallos do Tegra.
Hombre moldeado por sus padres en la cultura del respeto a la diferencia, la igualdad entre sexos y el esfuerzo. Culturas que sigue practicando hoy y que demostró hace cuatro años en el Congreso Mundial de la Piedra en China cuando se propuso que sería capaz de ofrecer una conferencia en inglés ante un auditorio de arquitectos internacionales. Un reto que preparó de forma concienzuda, como cuenta en La playlist.
Sin ser consciente de ello, su vocación profesional llamaba en la puerta de su infancia. Su primer diseño fue con la caja de una lavadora colocada en una carretilla, a modo de caravana. También con los ladrillos sobrantes de la vivienda familiar hacía junto a sus hermanos distribuciones de espacios, múltiples casas para el gato y cuando estaba interno en Marín, en el San Narciso, cabañas en los árboles.
El nombre de Mauro va ligado a Lomba, pero desde que estudiaba el COU también a Mari Carmen Martínez, la investigadora y directora del grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia. Son un tándem, o mejor dicho, un sidecar. En ocasiones ella le conduce por sus disciplinas científicas; y en otras es él quien la lleva por su cosmos arquitectónico. Lado a lado han construido una familia que completan sus hijos Miguel y Pablo.
El Espacio Nemonon, es la materialización de su filosofía profesional: "estar atento con lo que ocurre en el resto de la sociedad y de las personas". No se considera un mecenas del siglo XXI pese a haber abierto su casa profesional a artistas de todo tipo de disciplinas para compartir públicamente sus sensibiidades. Tal y como ha hecho en PontevedraViva Radio el propio Lomba; disculpas por hacerle emocionar con tanto exceso.