De marzo a octubre. Siete meses ha estado cerrado uno de los establecimientos hoteleros más emblemáticos de la ciudad, el Parador de Pontevedra. Lo ha hecho para afrontar las obras de una ambiciosa reforma en la que se han invertido más de 1,7 millones de euros.
Los primeros clientes, según ha explicado su directora, Meritxell Marcos, cruzaron el renovado umbral del Parador el pasado lunes. Fueron 27 las habitaciones disponibles en este primer día, pero a partir de este jueves ya abrirá en toda su capacidad, sus 47 habitaciones.
Todavía restan por completarse una serie de reformas menores en todo el inmueble pero, según Marcos, afectarán a "zonas de uso interno" del establecimiento, por lo que "no interferirán con la estancia de los huéspedes" durante las próximas semanas.
La reforma abordada por Paradores del Estado en la conocida como Casa do Barón ha supuesto la actualización y renovación de todos sus espacios, mejorando la eficiencia energética de todo el edificio, que abrió sus puertas como Parador en el año 1955.
Así, esta intervención ha supuesto, entre otras actuaciones, la reforma integral y el aislamiento térmico de las cubiertas o la construcción de una nueva marquesina de entrada.
Además, se han sustituido todos los equipos y canalizaciones de calefacción, agua caliente sanitaria y agua fría; y se ha renovado por completo la red de saneamiento del edificio.
Durante estos siete meses de cierre, 23 de sus 25 empleados se vieron afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que ya ha quedado suspendido.
El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, que ha visitado este miércoles el parador pontevedrés para comprobar el resultado de estos trabajos, ha celebrado la reapertura del establecimiento al haberse completado unas obras "muy esperadas".
En su intervención ante los periodistas, Blanco ha destacado que esta reforma era "fundamental" para mejorar las condiciones de alojamiento de uno de los paradores con mayor ocupación de Galicia, el primero que abrió sus puertas en esta comunidad.
"Pontevedra tiene una necesidad importante de establecimientos de calidad y este lo es", ha sostenido el delegado del Gobierno, que espera que siga contribuyendo a atraer a la ciudad "turismo, empleo y actividad económica".
Las obras del Parador de Pontevedra formaban parte del plan estratégico que la compañía ha diseñado para el periodo 2023-2026 y que, solo en los establecimientos gallegos, incluyen actuaciones que superan los 35 millones de euros.
El Parador de Pontevedra, la antigua residencia de los condes de Maceda, fue el primer parador que abrió en Galicia. Fue el Concello quien cedió el edificio, un palacete de estilo renacentista y neoclásico, al Ministerio de Turismo para que lo convirtiera en un parador.
El arquitecto encargado de la obra fue Manuel Saiz de Vicuña, que se ciñó a la edificación preexistente con salones, comedor y cocina en planta baja, trece habitaciones y un salón en la primera planta y otras catorce habitaciones más en la segunda planta.
La huerta del pazo se transformó en un jardín, que se ordenó en dos niveles, siguiendo la arquitectura popular gallega.
La fuerte demanda turística hizo que este parador se quedara pequeño y, en décadas posteriores, el Ministerio encargó su ampliación al mismo arquitecto para dotarlo de más plazas hoteleras, hasta las 47 habitaciones con las que cuenta en la actualidad.