Nueva vida para el Carabela a partir de este verano. Hacia finales del mes de junio, la emblemática cafetería de la Praza da Estrela reabrirá sus puertas convertida en un gastrobar. El local está siendo objeto de una profunda renovación, pero los nuevos propietarios aseguran que no solo mantendrá el nombre, también el espíritu y la esencia del viejo Carabela.
Un colaborador fundamental en este cambio de rumbo del Carabela, que ahora está en manos de un grupo de restauración que gestiona otros cinco locales de hostelería en distintas ciudades de Galicia (ninguno en la Boa Vila), será Estrella Galicia. La cervecera coruñesa pondrá su reconocible sello en la decoración de un local que, e menos de dos meses de la fecha prevista para la inauguración, se encuentra completamente desmantelado.
No obstante, los propietarios remarcan que esa será la única relación de Estrella Galicia con el local desmintiendo así los rumores que hablaban de la apertura de una cervecería de esta marca como tienen en A Coruña o Vigo.
El modelo de negocio de este local ubicado en la plaza contigua a la de A Ferrería elegido por los promotores será el de gastrobar, un local de hostelería que combinará el servicio de bebidas con una elaborada carta de comidas.
Sobre la decoración y estilo del nuevo establecimiento, los promotores prefieren no desvelar grandes detalles para sorprender en el momento de la apertura y se limitan a decir que "el objetivo es mantener la esencia del Carabela".
El Carabela fue inaugurado en este mismo emplazamiento en el año 1946 y durante la mayor parte de su historia fue una referencia en la vida social de la ciudad, en sus mesas se sentaron relevantes personalidades del siglo XX. Con total seguridad, habrán degustado sus populares bocadillos de calamares ilustres clientes como el director de cine Luis Buñuel o el rey Juan Carlos I
Sin embargo, en los últimos años el negocio entró en declive y pasó por diferentes manos hasta que, con la pandemia, cerró sus puertas definitivamente. Ahora un potente grupo de restauración se pone a los mandos de una nave para iniciar una nueva y, esperan, exitosa singladura.