Ahora sí. Las Festas de Verán de Pontevedra ya están aquí. Como viene siendo habitual cada 11 de julio, miles de personas participaron en la tradicional Romería de San Benito. Conseguir un trabajo, tener una buena salud y, por qué no, encontrar el amor fueron un año más las principales peticiones de los fieles al santo "máis milagreiro". En el monasterio de Lérez, donde se guarda la pequeña imagen del santo, se reunió gente llegada de Pontevedra y alrededores.
Todos ellos cumplieron ritos que marca la tradición como pasar por debajo del altar del santo, acariciar con un pañuelo la imagen o entregar numerosos exvotos: velas, limosnas, huevos o incluso figuras de cera que reproducen partes del cuerpo que, supuestamente, el santo ayudó a curar. Y por supuesto, hacerse con una botella de "aceite del santo", al que la tradición atribuye milagrosas propiedades curativas, especialmente para las enfermedades de la piel.
Tras la misa en honor a 'San Benitiño' y los principales oficios religiosos, el santo salió en procesión a hombros de los fieles y con el manto adornado de billetes, una imagen típica de esta romería. Como también lo son las actividades más lúdicas y culturales que tuvieron lugar a orillas del Lérez, en las inmediaciones de la playa fluvial.
Allí se celebró la habitual mejillonada popular, en la que se repartieron alrededor de mil kilos de este bivalvo, así como empanada, pulpo y otros productos típicos gallegos. Como siempre se formaron largas colas para poder degustarlos. Fueron muchos los pontevedreses que aprovecharon el buen tiempo de esta jornada festiva para sumarse a esta romería. Algunos se desplazaron con sus propias cestas de comida para participar en este almuerzo campestre.
Además, la música volvió a tener un protagonismo especial en esta romería. Desde la actuación de la Banda de Música de Pontevedra, en el atrio del monasterio, hasta las que se celebraron en los denominados 'salones del Lérez', la los Gaiteros das Rías Baixas por la mañana y la del grupo Aturuxo Pequeno por la tarde. Cierra el programa la verbena en el entorno del monasterio, a cargo de la orquesta Bahía.