La familia del colegio Sagrado Corazón celebró este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, un encuentro muy especial con las mujeres que construyeron la historia de este centro educativo.
Pitusa Abilleira, Lolita Cendón o Pili Barajas son profesoras jubiladas del Sagrado que volvieron al colegio para hablar con alumnos y alumnas de Primaria y Secundaria sobre su experiencia como mujeres trabajadoras y como pioneras.
La historia arranca en una foto hecha hace 50 años (1973), en la que las tres profes, junto con Chuchi Abilleira, comparten espacio con otros tantos maestros del claustro de aquel año. Recordaban como el claustro de aquel tiempo estaba formado mayoritariamente por misioneros y por varones con un alumnado exclusivamente masculino.
Estas cuatro mujeres hicieron historia en el Sagrado por su compromiso con la educación de aquellos niños. Eran madres, con sus cargas familiares abundantes, y al mismo tiempo mujeres trabajadoras en un sociedad muy distinta a la de hoy en día.
Contaron como no se pudieron incorporar a su profesión hasta cumplir los 19 años a pesar de tener el título. Por otra parte fueron testigos de que en la sociedad machista de aquel momento, en el colegio el trato cordial de los misioneros y demás compañeros les hizo sentir siempre respetadas, cuidadas y valoradas. "Los miedos como mujeres estaban fuera del Colegio por eso eran felices en sus trabajos", recuerdan desde el centro.
Si bien no fueron las primeras, "recordamos a Amelia, pionera en el Método Montessori; a Milagros y a Jáudenes", sí que son las maestras de más historia y permanencia en el colegio. "Ya desde el primer momento hubo presencia de profesoras y ahora aún podemos acercarnos a la cuna del Colegio escuchando sus enseñanzas", señala el representante de la entidad titular, Francisco Barros, en un escrito en el que recuerda la historia de estas tres maestras, "todas ellas grandes profesionales".
Pitusa, comprometida sin límites por la educación hasta el punto de que en su último año antes de jubilarse fue la profesora que se ofreció voluntaria para tutorizar al primer alumno con Síndrome Down del colegio.
Lolita, alegre, dinámica y cargada de energía y siempre mostrando optimismo, fuerza y vitalidad en el día a día.
Pili, montón de dulzura, cariño, comprensión y defensora de la lengua gallega.
Así recuerdan en el Sagrado Corazón a estas tres históricas maestras.
Durante el relatorio, los asistentes pudieron escuchar sus anécdotas, sus vivencias y sus recuerdos de aquellos años. Su sensibilidad y dedicación es recordada por todos los exalumnos y ratificada por el alumnado de hoy. Se sintieron en familia con toda la comunidad educativa y por el profundo respeto y colaboración de las familias, que ayudaban incluso en la elaboración de materiales.
Al alumnado una de las cosas que más le llamó la atención fue tener enfrente a mujeres de edad avanzada, pero que irradian entusiasmo, energía, ganas de vivir y alegría en sus palabras. Incluso se atrevieron a cantar con ellas una canción al finalizar el acto. "El colegio sigue estando orgulloso de ellas, de su trabajo y agradecidos por su testimonio importante en un encuentro intergeneracional tan necesario en la actualidad", concluye Barros su escrito de reconocimiento y agradecimiento.