Preservar la memoria colectiva a través de las mujeres

Pontevedra
28 de enero 2014

Matriarcas. Mulleres en pé de vida se publicó a finales de 2012, se presentó por toda Galicia y va ya por su tercera edición,  pero este lunes volvió a Pontevedra dentro del proyecto municipal 'A memoria das mulleres' que promueve la concejalía de Patrimonio Histórico con el objetivo de construir un fondo documental, gráfico y audiovisual sobre la historia de las mujeres

La historia se puede contar de tantas formas diferentes como personas haya que se dediquen a transmitirla. La forma que ha elegido Montse Fajardo ha sido dar voz a sus protagonistas femeninas. Esta periodista y escritora arousana relata la historia de la Galicia de la Guerra Civil, de la Posguerra, de la Transición a través de las vidas de diez mujeres que han experimentado en su propia piel las consecuencias de la represión, del hambre o de una sociedad machista y, pese a las piedras que encontraron en el camino, han logrado sacar adelante a sus familias y sus propias carreras.

A través de sus trayectorias se puede vislumbrar los acontecimientos más destacados de la historia de Galicia del siglo XX y contándolas confía en que ayuden a preservar la memoria colectiva de una época y a devolver a la mujer el papel destacado que ocupó en la Galicia matriarcal del siglo pasado, pero que es el gran olvidado en todos los relatos históricos.

Matriarcas. Mulleres en pé de vidase publicó a finales de 2012, se presentó por toda Galicia y va ya por su tercera edición,  pero este lunes volvió a Pontevedra dentro del proyecto municipal 'A memoria das mulleres' que promueve la concejalía de Patrimonio Histórico de Luis Bará con el objetivo de construir un fondo documental, gráfico y audiovisual sobre la historia de las mujeres de Pontevedra. 

El acto, el primero de 2014 de 'A memoria das mulleres', sirvió para acercar al público de la Casa das Campás las vivencias de sus diez protagonistas,  ocho a través del relato de la escritora, pero dos de la forma más fiel que pueden contarse una historia, en primera persona,  de la mano de Gloria Lijó y Waldina Pereira. 69 y 84 años, pero compartieron de forma fresca y directa los recuerdos de su infancia, su juventud y su llegada demasiado temprana a la vida adulta. 

Ante un público entregado que, además, no dejó ningún asiento vacío en el auditorio, Waldina compartió sus relatos de una infancia marcada por el encarcelamiento de su padre (carabinero fiel a la República durante la Guerra Civil) y la persecución a su madre (estuvo en las listas negras de la Falange), de una juventud emprendedora en la que creó su propio quiosco con tan sólo 16 años y de una vida adulta como emigrante en Uruguay y, ya a su regreso a Carril (Vilagarcía) como una viuda joven obligada al pluriempleo para sacar adelante a sus dos hijos. 

Con su simpatía, la ribeirense Gloria Lijó se ganó al público desde el minuto cero de su relato y despertó sus sonrisas cómplices e incluso auténticas carcajadas pese a estar compartiendo vivencias duras y una vida "chea de calamidades". Transportó a los presentes hasta los 7 años en que aprendió a cocinar el caldo gracias a los alimentos que previamente había tenido que pedir al vecino rico, a los 9 años en que iba a recoger mejillón durante horas sin haber desayunado y sin tener un pan que llevarse luego a la boca, a los 25 años en que se embarcó con su marido en un petrolero, al tiempo en que fue la primera y hasta ahora única mujer que trabajó en la pesca de bajura en Marruecos.