El Club Cisne Balonmano se llevó de su visita al Fundación Agustinos Alicante un importante punto especialmente después de tener que remar a contracorriente la mayor parte del encuentro.
El equipo entrenado por Jabato tuvo sus habituales apagones ofensivos que estuvieron a punto de condenarlo, pero la reacción en los minutos finales fue clave para rescatar un empate.
Los primeros minutos estuvieron marcados por la igualdad (2-2) hasta que el Cisne, aprovechando los problemas ofensivos del Alicante, se hizo con la primera ventaja con un doblete de Bruno Vázquez (2-4).
Le estaba costando al equipo local ver portería y, de hecho, estuvo casi cinco minutos sin anotar. Iván Calvo se fue dos minutos al banquillo y Bruno Cerrotta aprovechó la superioridad numérica para reducir diferencias (3-4).
El conjunto blanco mantuvo esa pequeña renta de dos goles, pero una vez pasado el ecuador de la primera mitad, la defensa del Agustinos aumentó el ritmo y su guardameta empezó a mostrar mayor seguridad bajo palos.
Llegaron así los problemas para el Cisne, que no encontraba hacer daño. Dani Serrano hizo el empate a 13, pero un parcial de 3-0 permitió a los locales ponerse por delante con la mayor distancia hasta el momento (16-13). Quedaban tan solo dos minutos por disputarse, Mateo Arias redujo distancias y a falta de cuatro segundos para el descanso David Quiles devolvió el +3 al marcador (17-14).
Tras el paso por los vestuarios se complicaron todavía más las cosas para los pupilos de Jabato, que se vio obligado a parar el tiempo en el minuto 36 ante la incapacidad de los suyos de ver puerta (20-15).
Aaron González aumentó a seis goles la ventaja y el Cisne, por fin, despertó y volvió a encontrar portería. Serrano, Arboleya y Mateo Arias pusieron el 21-18 y Alejandro Carrillo pidió tiempo muerto, pero no sirvió de mucho, y es que los pontevedreses ya habían encontrado la manera de dañar a su rival para meterse de lleno en el encuentro y lograr empatar (24-24, min. 50).
Restaban tan solo diez minutos por disputarse y todo podía pasar, pero era la igualdad la que reinaba en la pista. Jabato pidió tiempo muerto a falta de poco más de un minuto para la conclusión, pero un error en el pase se convirtió en la que pudo ser la bola de partido del Alicante.
El Cisne apretó los dientes en defensa y provocó que el colegiado pitara pasivo cuando tan solo quedaban cuatro segundos para el bocinazo final. Intentaron los blancos contraatacar a toda velocidad, pero se quedaron sin tiempo (28-28).
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