A por la segunda victoria de la temporada y la confirmación del cambio de tendencia y buenas sensaciones mostrado por el equipo azul en el primer partido del año en el Municipal contra el Soria que sirvió para inaugurar el casillero de triunfos. Con ese objetivo viaja el Teucro a Zarautz, una ciudad no solo conocida por su gastronomía y sus buenas olas para la práctica del surf, también por su tradición balonmanística y por el buen juego que está desplegando este año el Amenábar, competidor directo del Cisne por el ascenso a Asobal.
"Es un equipo potente en su casa. Aunque en verano perdió jugadores, el rendimiento que están dando es extraordinario", advierte la entrenadora teucrista, Irene Vilaboa, sobre el rival al que se medirán este jueves a partir de las 20 horas en un encuentro correspondiente a la jornada 8 de la División de Honor Plata que tuvo que ser aplazado al haberse detectado un positivo por covid-19 entre la plantilla pontevedresa.
Con la disputa del primero de los tres partidos pendientes que tienen los azules, inicia el Teucro un cargado calendario de partidos que obligó al club a adoptar medidas excepcionales para prevenir cansancio, fatiga y lesiones. "Decidimos viajar el día anteiror para estar más descansados y porque dos días después volveremos a viajar para el partido del Burgos", explica la preparadora.
A pesar del cansado viaje por carretera, en el vestuario teucrista se respira un ambiente distinto al del pasado año. "Anímicamente estamos bien, la victoria del sábado ha sido importante tanto por esperada como por necesaria. necesitábamos refrendar los buenos entrenamientos que veníamos haciendo y, de una vez por todas, enseñar a qué juega el Teucro. Debemos seguir en esa linea", exige Vilaboa, que despeja cualquier ápice de relajación al señalar que "la situación sigue siendo complicada y aquí nadie cree que por ganar un partido ya está algo hecho".