Se las prometía felices el Pontevedra Club de Fútbol este miércoles en el regreso al trabajo tras la victoria balsámaica lograda el pasado domingo en Ceuta. Por primera vez en toda la temporada todos los futbolistas aparecían como disponibles para el técnico, Antonio Fernández, al reintegrarse al grupo Oier Calvillo tras un par de semanas fuera de combate y no contar con sancionados.
Las risas y el buen ambiente dominaban la sesión, en la que se empezaba a preparar la visita del próximo domingo 4 de dicembre (17.00 horas) del Racing de Ferrol al Estadio Municipal de Pasarón, hasta que un nubarrón sobrevoló el segundo campo del complejo deportivo Manolo Barreiro de A Xunqueira.
A falta de media hora para finalizar el entrenamiento, en una acción fortuita, Ángel Bastos cayó al césped tras dañarse su tobillo derecho, en una escena acompañada de gritos de dolor y rabia.
El lateral, uno de los tres únicos jugadores de la plantilla que ha sido titular en todas y cada una de las 13 jornadas de liga hasta la fecha, tenía que retirarse de la sesión visiblemente afectado y con problemas para apoyar el pie.
Tras una primera valoración en el propio campo la lesión despierta preocupación en el seno del club, y es que a falta de profundizar en la exploración para determinar el alcance exacto de la dolencia, su presencia esta semana contra el Ferrol parece imposible, temiéndose incluso que su baja se prolongue durante varias semanas haciendo complicado que vuelva a competir en lo que queda de año.