La lesión de larga duración de Juan Novás en la portería del Cisne obligó al equipo a acudir al mercado para cubrir la baja y evitar quedarse sin porteros ante una eventual lesión que pudiese afectar al titular Villamarín. Sin embargo, a la dirección deportiva no le hizo falta irse muy lejos. La solución estaba en casa. En el propio vestuario, concretamente. Toño Lafuente, que llevaba ya varias semanas entrenando con el equipo y cumplió este mes de febrero los 40 años, regresa a la disciplina del conjunto blanco, del que formó parta durante casi dos décadas, hasta final de temporada.
"Llevaba mes y medio entrenando con nosotros y como Novás lleva lesionado desde diciembre necesitábamos otro portero. Se lo propusimos a Toño y no ha tardado ni cinco segundos en aceptar", detalla el directivo de la escuadra lerezana, César Gómez.
La intención del Cisne es mantenerlo en la primera plantilla al menos hasta final de temporada y están tratando de tramitar ya su ficha para que pueda participar en el encuentro fijado para este sábado a las 20 horas en el Municipal frente al Teucro.
TEMOR A LA SUSPENSIÓN
En el Cisne son conscientes del perjuicio que le supone disputar el derbi pontevedrés del próximo sábado sin público. Los ingresos de taquilla en este partido son los más altos de la temporada y la decisión del CSD de jugar la jornada a puerta cerrada afectará directamente a las arcas del club.
Aun así, apunta Gómez que si finalmente se suspende la competición durante las dos próximas semanas como va a ocurrir en el fútbol no profesional el perjuicio puede ser todavía mayor. "Tenemos los billetes comprados y todo reservado para viajar a Barcelona y entre semana a Alcobendas para jugar un partido aplazado. Si se suspende, no sabemos si podremos recuperar el dinero", advierte el directivo, que lamenta la decisión de jugar a puerta cerrada, pero cree que la suspensión pueda ser todavía más perjudicial.