Tres partidos en una semana y en los tres el descuento o los últimos minutos condenan a un Pontevedra que empieza a tener un preocupante problema de falta de intensidad o concentración en momentos claves del juego. En esta ocasión los granates realizaron 30 minutos iniciales más que aceptables, para a partir de ahí venirse abajo, ceder la iniciativa al Talavera para acabar perdiendo en una acción que pone en evidencia la debilidad defensiva pontevedresa.
Ganó el Talavera y lo hizo con justicia. Su victoria llegó muy al final, pero lo lógico es que se hubiese producido mucho antes antes el número e importancia de las ocasiones generadas ante Edu, especialmente al comienzo de un segundo tiempo en el que el Pontevedra prácticamente no existió, limitándose a defender y encomendarse a la actuación de su portero o la falta de acierto rematador de los toledanos, dejando además dudas sobre la capacidad física de un equipo que dio sensación de no tener gasolina en los minutos finales, cuando más la necesitaba.
Sorprendió Luisito con un once inicial en el que optó por el músculo y los centímetros, dando entrada a Iván Martín y Berrocal y situando a Adrián León como acompañante de Kevin Presa en la medular para acomodar a Mongil como acompañante de Goldar en el centro de la defensa. La batuta creativa quedaba en las botas de Mouriño, con Marcos Álvarez como otra de las sorpresas al ocupar el lugar del máximo goleador granate, David Añón, que se quedaba en el banquillo, lo mismo que Álex González.
La apuesta le salió inicialmente bien al técnico de Teo, que encontró la mejor versión de Marcos Álvarez, para poner sentido a las transiciones ofensivas como alternativa al fútbol directo con el que los gallegos buscaban a Iván Martín o Berrocal.
De este modo, tras una duda inicial en un despeje defectuoso que casi le cuesta un disgusto a los visitantes, esta vez los primeros minutos sonrieron al Pontevedra cuando Marcos Álvarez realizó una gran acción por la banda derecha, desbordando a Villarejo para poner un perfecto balón raso al segundo palo que no desaprovechó Berrocal, marcando a placer tras ganar la espalda a la defensa.
Era el escenario ideal para un equipo granate que pudo jugar como pretendía, evitando en lo posible la zona central, en la que Paul Quaye parecía tener patente de corso para emplearse casi siempre al límite de lo reglamentario, y creando mucho peligro especialmente en las acciones a balón parado.
Precisamente de lanzamientos de esquina llegaban las opciones para David Castro, que remató fuera, para Berrocal, que mandó el balón muy cerca de la escuadra, o para Mongil, que tampoco encontró puerta.
Los locales apenas inquietaban más que en un remate de Espinar que detuvo Edu, mientras el Pontevedra la tuvo en una buena transición finalizada por Iván Martín con un disparo ligeramente alto.
A partir de la media hora los granates dieron un paso atrás, empujados por el Talavera que comenzó a dominar territorialmente y que hizo sufrir a los granates hasta el descanso, tanto que Espinar pudo conseguir el empate con un disparo desde el interior del área que se marchó muy cerca del poste derecho de la meta de Edu.
Lejos de disipar dudas, los granates incrementaron las mismas al comienzo de la segunda parte y el Talavera se hizo amo absoluto del balón y del juego, comenzando a acumular ocasiones de gol que evitaba casi siempre Edu. Jesús Jiménez, por dos veces, se encontró con el portero gallego, pero el acoso local no cesó y un centro lateral de Melchor era cortado con la mano por Goldar. El claro (e imprudente) penalti lo transformaba Espinar en el tanto del empate.
Ni al recibir el gol reaccionó el Pontevedra, que siguió cediendo terreno incapaz de sacar siquiera una contra que hiciera dudar al Talavera. Los toledanos olieron la sangre y se fueron decididos a completar la remontada. Edu evitó el segundo en remates francos de Jesús Jiménez, que a continuación le hizo una fea entrada pisándole en el codo, y de Rubén Rivera, mientras los granates únicamente daban un tímido aviso en una acción aislada en la que Álex González puso a prueba a Machuca.
Pero cuando parecía que las fuerzas y la fe empezaban a flaquear también en el Talavera, una internada de Melchor por la banda derecha termina con un centro raso para que aparezca Jesús Jiménez, incomprensiblemente sólo en el segundo palo, para empujar y sentenciar la victoria local.
CF TALAVERA (2): Machuca; Óscar Prats, Villarejo, Mario (Rubén Rivera, minuto 46), San José, Paul Quaye, Melchor, Víctor Andrés, Espinar, Jesús Jiménez (Jesús García, minuto 89) y Jorge (Laerte, minuto 71).
PONTEVEDRA CF (1): Edu; Miguel Ángel, David Castro, David Goldar, Mongil, Adrián León, Marcos Álvarez (Etxániz, minuto 72), Kevin Presa, Berrocal, Mouriño (Álex González, minuto 55) e Iván Martín (Prosi, minuto 58).
Árbitro: Antonio Sánchez Sánchez (Extremadura), auxiliado en las bandas por José Antonio Gómez Rivera y Antonio Cordón Valladares. Amonestó a San José, en el Talavera, y a Berrocal, Mouriño, Adrián León y David Goldar, en el Pontevedra.
Goles: (0-1) Minuto 3: Berrocal. (1-1) Minuto 57: Espinar, de penalti. (2-1) Minuto 88: Jesús Jiménez.
Incidencias: Campo Municipal de El Prado (Talavera).