El alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, celebra que tras tres años de "bloqueo" la Xunta de Galicia ponga fin al abandono que sufría la Central de Transportes de A Reigosa. Asegura estar "agradecido" por esta decisión aunque considera "increíble" que este espacio lleve tanto tiempo en esta situación y "sin justificación alguna".
Díaz recuerda que durante este tiempo por Ponte Caldelas pasaron media docena de empresarios interesados en instalarse en A Reigosa y desde el Concello tuvieron que decirles que "no estábamos incapacitados" para darles licencia.
"Lo cierto es que la Xunta estuvo impidiendo la llegada de empresas a Ponte Caldelas durante tres años", añade el regidor.
El motivo es que esos terrenos están afectados por un Plan Sectorial de Incidencia Supramunicipal, o sea, que son de competencia exclusiva urbanística de la Xunta de Galicia.
La Xunta inicialmente los diseñó para cinco grandes parcelas para empresas de distribución, pero como no lograba venderlas decidió dividirlas en pequeñas parcelas.
Sin embargo, recuerda el alcalde, al hacerlo quedaba también obligada a aprobar un reglamento que fijara los nuevos fondos edificables, los muros de cierre, las alturas y el resto de los datos urbanísticos que sirven para hacer un proyecto "pero no lo hizo".
"Esperamos que la Xunta de Galicia haya aprendido la lección de que el bloqueo no es la manera correcta de relacionarse con un ayuntamiento por el mero hecho de que sea de otro color político", explica Andrés Díaz.
Considera que esa conducta fue una "falta de respeto" para los empresarios que no pudieron desarrollar sus proyectos, por los posibles puestos de trabajo que se perdieron y para todos los vecinos y vecinas de Ponte Caldelas.