Cual estrella del rock antes de un concierto, Pedro Sánchez se ha dado este jueves un auténtico baño de masas en Pontevedra. Una carga simbólica, sin duda, muy buscada por su partido. Lo hizo en la ciudad de Mariano Rajoy, horas antes de que el aún presidente del Gobierno acuda también a capital pontevedresa para pedir el voto para el 26-J.
Eran las 12:45 horas cuando Pedro Sánchez hacía su aparición en las inmediaciones del Café Moderno, lugar en donde el líder del PSOE presentó sus propuestas en materia de agricultura y pesca. Llegaba caminando desde la calle Riestra y, desde el primer momento, la comitiva socialista apenas pudo dar un paso sin ser interrumpida.
Todo el mundo quería su 'selfie' con un Sánchez que, al grito de "presidente, presidente", se detuvo a saludar a todo aquel que se acercaba buscando un beso o un simple apretón de manos. Tuvo éxito también una voluntaria de Cruz Roja, a la que el dirigente socialista le compró un boleto para un próximo sorteo de la Lotería Nacional en beneficio de esta ONG.
Sánchez también recibió de manos de un trabajador de Elnosa una carta en la que le pedían apoyo para el mantenimiento de sus puestos de trabajo o pudo saludar a un antiguo alumno al que le dio clase durante su etapa como profesor en la universidad madrileña Camilo José Cela, en donde ejerció hasta el año 2013.
También hubo tiempo para episodios más jocosos. "Estoy indecisa", le dijo una mujer de avanzada edad al candidato socialista. "Ven a mi casa a convencerme", añadió, despertando las risas entre el público. "Es que es muy guapo", se justificó la mujer algo sonrojada. Más polémico fue, por otra parte, el paso de un coche con megafonía del PP, que fue abucheado.
Tal fue la expectación que despertó en la ciudad que el líder del PSOE tuvo incluso que dar un mitin improvisado en la calle ante los cientos de personas que no pudieron acceder al Café Moderno. Y es que el aforo del local, al que tuvieron que recurrir los socialistas por el mal tiempo -inicialmente el mitin iba a ser en la plaza del Teucro- se quedó demasiado pequeño.
Así, Sánchez se subió al pedestal sobre el que se asienta el conjunto escultórico de 'La Tertulia' y, rodeado de la figura de intelectuales como Manuel Quiroga, Castelao, Alexandre Bóveda, Valentín Paz Andrade, Ramón Cabanillas y Carlos Casares, ha pedido el voto para que el PSOE lidere un gobierno progresista que ponga "punto y final" al ejecutivo de Rajoy.
Ya en el interior del Café Moderno, Pedro Sánchez adoptó un estilo más formal. Con continuas referencias a Rajoy y, especialmente, a un Pablo Iglesias al que acusó de "cambiar muchas veces de chaqueta", el líder del PSOE también hizo una referencia directa a Pontevedra en una intervención centrada en promesas electorales en materia económica.
Sánchez ha recordado que se presentó a la investidura prometiendo que iba a revisar la prórroga de ENCE y a apostar por la limpieza de la ría, algo que "podría ser una realidad ya" si no fuera por el "bloqueo de los extremos" y porque las Mareas "votaron que no", al priorizar los "intereses" de Pablo Iglesias por encima de los de Galicia.
Además de militantes y simpatizantes, Pedro Sánchez estuvo acompañado en Pontevedra por numerosos dirigentes socialistas. Con él, además de Guillermo Meijón, Agustín Fernández, Patricia Vilán, Antón Louro o Teresa Casal, se dejaron ver Xaquín Fernández Leiceaga, candidato del PSdeG-PSOE a la Xunta, o las candidatas Dolores Galovart y Pilar Cancela, cabezas de lista por Pontevedra y A Coruña, respectivamente.
Lo que no pudo hacer Sánchez es dar el paseo que tenía previsto protagonizar por la ciudad de Pontevedra tras el acto político del Café Moderno. Le reclamaron atención desde Vilagarcía de Arousa, localidad a la que se trasladó para realizar un reparto electoral y en donde tenía previsto comer junto con la caravana del PSOE antes de su mitin de esta tarde en Vigo.