"Estábamos pagando en torno a 1.000, 1.300, 1.500 al mes y hace unas tres semanas nos llega una factura de 4.400 euros", relata Andrés Acuña con la sorpresa de quien no da crédito a esta situación, aunque ya acostumbrado a lidiar con los precios cambiantes no solo de la energía, sino de las materias primas con las que produce el pan y los productos de pastelería que surten a la red de Panadería Acuña.
En un principio el empresario pontevedrés pensaba que se trataba de una equivocación. "Miramos el consumo de los kilovatios de gas y no se ve ningún tipo de error, lo que se ve fácilmente es que el precio del kilovatio se ha multiplicado por cuatro, de 6 céntimos pasó a pagarse a 23, y por eso se cuadriplica la factura".
El siguiente paso fue buscar otras compañías que pudiesen ofrecerles un precio más ajustado, pero al tratarse de una tarifa de empresa, el cambio de suministradora no compensaba. En ese momento, Andrés recordó que un amigo de Ourense le había hablado deun tipo de madera elaborada con serrín y que resultaba mucho más barata y sostenible que la leña tradicional.
Acuña ató cabos, pensó en su obrador de Paseo del Colón y el olvidado horno de leña, hizo cuentas, localizó una fábrica a poca distancia, en el lugar de Gatomorto-Xeve, y de este modo empezó una alianza entre Panadería Acuña y Maderas Xeve.
Briqueta es el nombre de este combustible en forma de ladrillo (brick en inglés) y que se fabrica a partir de restos tales como serrín, virutas o astillas de diferentes maderas y que se presenta como un sustitutivo de la leña, más económico y más limpio.
"Llevamos diez días probándolas y el resultado es espectacular. Esta briqueta tiene más del doble del rendimiento que un tronco de leña, y te puedo decir que pasamos de pagar entre 120 y 150 euros diarios y con estas briquetas con 17 o 20 euros hacemos el día. Es ahorro pero también somos sostenibles, no tiramos de combustibles fósiles, es un producto de cercanía, de una empresa local y cien por cien natural", resume Andrés Acuña.
En el obrador de Paseo de Colón, 9, se elaboran entre 400 y 500 piezas de pan al día. El maestro panadero José López Abilleira explica que el cambio de un combustible a otro no ha alterado la rutina de trabajo, salvo que "antes solo había que encender un botón y ahora hay que introducir las briquetas en el horno", tarea que resuelve rápidamente.
A las 5 de la mañana arranca la primera hornada, para la que se necesitan once briquetas. Cada dos horas y media se repite el proceso, hasta la última hornada de las 12:30. En sus 24 años como maestro panadero en este obrador de Acuña, José recuerda que primero usaban gasoil, después el gas y ahora briquetas.
¿Habrá variado el sabor del pan con este nuevo proceso de horneado? La respuesta es un rotundo no, con un matiz. "Notamos que trisca más la corteza", afirma Andrés Acuña. Este horno da servicio diario a la tienda anexa al obrador y también a uno de los locales más recientes, la tienda-cafetería de la calle Benito Corbal. "También de este obrador salen los panes especiales que puedes encontrar en todas las tiendas, como el pan de chía, el de sarraceno..."
Andrés Acuña estima que el ahorro en la factura va a ser considerable, ya que "si antes de la subida pagábamos sobre 1.300 euros, ahora con 800 o 1.000 euros vamos a hacer el mes". Además, este ahorro supone un motivo más de tranquilidad para este empresario. "En un cálculo rápido, se tendría que encarecer 20 céntimos el precio al público de la barra de pan más sencilla, solo para repercutir el gasto energético", un incremento que ahora van a poder evitar.
ENCARECIMIENTO DE MATERIAS PRIMAS
"El precio de la harina se encareció entre un 80 y un 100% en un año, el pan tuvimos que subirlo algo, pero siempre intentando contener el precio, aún perdiendo nosotros". Con este panorama, y con los precios de otras materias primas al alza, para Panadería Acuña el seguimiento de los mercados es constante.
"El problema ahora es que está subiendo todo. Me llamaron hace un mes diciendo que hay un problema a nivel nacional con el aceite de oliva por la sequía, creo que se ha recogido un 30% menos de oliva, así que se espera que de aquí a un año el precio del aceite de oliva va a encarecerse bastante. El girasol también subió muchísimo, después bajó un poco y ahora vuelve a subir".
A esto se suman otras materias primas que se siguen encareciendo, como las mantequillas, las margarinas, la leche o los cereales.
"El azúcar se descontroló hace quince días, pasó de 80 céntimos el kilo a 1,50. Consumimos unos 800 kilos de azúcar a la semana, así que cualquier variación nos afecta", matiza Andrés Acuña.
En cuanto a los hábitos de consumo, la sensación en las tiendas es que, si bien las ventas de pan se van manteniendo, la pastelería se resiente, con las compras concentradas en el fin de semana. Le preguntamos por las expectativas de la campaña de Navidad y de nuevo aflora la incertidumbre. "Diciembre es un mes para todos los sectores bastante fuerte pero hay que ir con precaución".
Finalmente, confiesa el último susto que recibió el sector panadero hace apenas una semana, con el anuncio de un bloqueo de la salida de cereal de Ucrania y la consiguiente reacción en cadena de las bolsas de Chicago y París, en donde se deciden las cotizaciones del cereal para el mercado estadounidense y europeo, respectivamente, y que afecta también a los precios de Panadería Acuña. "Por fortuna se ha desbloqueado, pero a ver", exclama con resignación.