Los espacios tecnológicos y, sobre todo, las redes sociales no son lugares seguros para las mujeres. Así lo acredita el informe del Observatorio Stop Machitroles, que acaba de hacer la primera radiografía realizada en el sur de Galicia sobre la violencia machista digital.
Esta iniciativa se encuadra en la Cátedra de Feminismos 4.0., impulsada por la Deputación de Pontevedra y la Universidad de Vigo. "É un informe moi potente", destacó la presidenta provincial, Carmela Silva, que revela la existencia de "agresións intolerables" en las redes.
El rector Manuel Reigosa calificó de "muy preocupantes" las conclusiones del estudio y afirmó que el trabajo de la Deputación y la institución académica a través de esta cátedra "vai seguir arroxando luz sobre o camiño a seguir para lograr unha sociedade igualitaria".
A partir de los datos recogidos de víctimas anónimas, el informe del observatorio concluye que el territorio virtual que componen foros, redes, páginas o blogs "refuerza el discurso hostil hacia las mujeres", según la socióloga de género, Elisa García- Mingo.
El estudio detectó por una parte ataques machistas individualizados a la mujeres solo por el hecho de serlo. Estas agresiones tratan de desvalorizar, difamar y minar la reputación y los logros femeninos y son frecuentes contra periodistas, políticas, artistas, deportistas o académicas.
Así, emplean fórmulas como el ciberacoso, el mansplaining, el hatespeech, el flaming, el e-bile, el doxxing, el hackeo de cuentas, acusaciones falsas o incluso la suplantación de identidades y la utilización de programas espía para controlar los movimientos en línea de las mujeres.
El segundo tipo son las violencias sexuales digitales, destinadas a controlar los cuerpos, disfrute y sexualidad de las mujeres.
Comentarios, acoso e insultos de carácter sexual y amenazas de violación, distribución de imágenes íntimas sin consentimiento, captación online, registro y difusión de agresiones sexuales a mujeres con fines de trata para la prostitución, sextorsión, grooming con menores y pornografía figuran entre este tipo de ataques machistas.
En muchos casos las personas que perpetran esas acciones proceden del ámbito próximo de la mujer agredida: exparejas, familiares, compañeros de estudios o de trabajo, vecinos o clientes.
El tercero tipo es la misoginia virtual organizada, también conocida por el término machoesfera o los anglosajones manhood y manosfera.
Se trata de una estrategia destinada a hacer hegemónico el discurso de odio misógino y la violencia simbólica en el espacio virtual y silenciar, invisibilizar y disciplinar las retóricas de las mujeres feministas en el paisaje digital.
A través de un patrón estructural organizado y altamente sofisticado a nivel tecnológico, atacan servidores, sitios web y contenidos, consiguen cierre de cuentas y ejecutan acciones masivas contra discursos y perfiles feministas.
A modo de resumen, la directora de la unidad de igualdad de la Universidad de Vigo, Águeda Gómez, advirtió de que "aínda que a violencia dixital poida semellar menos perigosa para as mulleres ao non existir dano físico, as consecuencias poden ser devastadoras para a saúde física e psicolóxica".