El campus de Pontevedra comienza a prepararse ante la posibilidad, cada vez más real, de tener que completar el actual curso escolar de manera no presencial. La Universidad de Vigo, según su rector, ya está trabajando en un plan de futuro para adoptar un formato educativo virtual.
Así lo explica Manuel Reigosa en la carta que ha remitido a todo el personal docente e investigador ante la posibilidad de que, por la situación generada por la expansión del coronavirus, no pueda retomarse la docencia presencial en lo que resta de curso.
"No sabemos hasta cuando durará el estado de alarma, ni en qué momento ni en qué condiciones podremos volver a la docencia presencial", reconoce Reigosa, que apunta que "parece claro" que el curso no va a tener más clases presenciales "excepto que se nos permita regresar a las aulas en la segunda quincena de mayo".
Esta situación será abordada el próximo lunes, en la reunión que los rectores de las tres universidades gallegas mantendrán con la conselleira de Educación, Universidade e Formación Profesional, Carmen Pomar.
A este respecto, el rector apunta la posibilidad de que los exámenes tengan que hacerse por medios telemáticos, al tiempo que adelanta que el equipo de gobierno ofrecerá la próxima semana una solución al alumnado que carece del soporte necesario para seguir las clases de manera virtual.
"Estamos trabajando en dos soluciones tecnológicas para efectuar exámenes a distancia, pero ambas presentan un coste de aprendizaje elevado para el profesorado y una de ellas también tiene un importante coste económico", adelanta el rector.
De poder finalmente realizarse los exámenes de manera presencial, estos obligarán a "extremar las precauciones" para evitar acumulaciones de estudiantes en una misma sala o en los pasillos, por lo que "probablemente haya que reorganizar las pruebas".
En este escenario, la universidad insta al profesorado a emplear las herramientas que tienen a su disposición para la docencia virtual y les solicita que no requiera "trabajo de más al estudiantado", tras haber recibido un "número elevado de quejas" por parte del alumnado ante la carga académica "excesiva" en algunas materias.
En lo relativo a las prácticas en empresas, el prácticum, las estadías clínicas o las prácticas de laboratorio y de campo, Manuel Reigosa señala que en el ámbito estatal se busca ofrecer una solución conjunta y que la universidad se encuentra "evaluando distintas posibilidades".