Cuando el jueves el rey emérito, Juan Carlos I llegó al puerto deportivo de Sanxenxo, se tomó unos minutos para examinar el barco en el que ha navegado en los últimos años, el Bribón 500. En pie sobre el pantalán perimetral de las instalaciones portuarias, y con el apoyo de sus amigos y compañeros de tripulación, revisó todo el velero durante varios minutos.
La escena llamó la atención a curiosos y periodistas, que esperaban poder presenciar el esperado momento en el que el monarca accediese al velero. Lo que pocos sabían en aquel momento era el motivo de esa demora. Y es que en ese justo momento estaba conociendo el nuevo elemento que iba a estrenar en esta visita.
El Bribón tiene nuevo mástil. El anterior lo cambiaron en las últimas semanas y este jueves era la primera vez que el velero navegaba con él, de modo que el monarca lo estaba viendo por primera vez. Además, pudo probarlo, pues durante la mañana del jueves se entrenó a bordo del Bribón durante cerca de tres horas y estrenó este nuevo elemento.
El mástil, de 14 metros, ha demostrado funcionar correctamente y el rey emérito pudo comprobarlo en persona, de nuevo, al día siguiente, el viernes por la mañana, cuando salió al mar durante alrededor de una hora. Esta travesía fue mucho más corta porque las condiciones meteorológicas se complicaron en la zona del campo de regatas y recomendaron el regreso a tierra.
Durante las jornadas de este sábado y este domingo, las condiciones del mar no recomendaron que Juan Carlos I compitiese en la II Volvo Autesa Cup de la Liga Española de la Clase 6M que organiza el Real Club Náutico de Sanxenxo, de modo que ya no pudo seguir testando el barco ni esta nueva pieza. Sí pudieron hacerlo sus compañeros de tripulación que participar en las regatas.
El rey emérito se sentó el pasado jueves de nuevo a caña del Bribón, propiedad del armador íntimo amigo de Juan Carlos I Josep Cusí y amarrado en la zona perimetral del puerto deportivo. No lo hacía desde el mes de mayo de 2022, en el que fue su viaje de regreso a España por primera vez desde su exilio en Abu Dabi.
Pudo reencontrarse con un velero monocasco, de 11 metros de eslora y 1,62 metros de calado construido en 1947 como Gallant y rebautizado como Bribón desde 2019, si bien todavía en su casco pueden entreverse las letras que lo denominan así. Construido en 1947 en los astilleros Plym-Neglinge de Suecia con un diseño del sueco Arvid Laurin, desde 2016 tiene su puerto base en Sanxenxo.
Tan solo en invierno se resguarda en una nave próxima, de la zona de O Grove, y acude a los astilleros Garrido también de O Grove cada vez que requiere una puesta a punto.
El rey se entrenó durante los últimos días para tomar el pulso al barco de cara a prepararse para la Copa del Mundo de la Clase 6M que pretende disputar en la isla de Wight, en el Reino Unido, entre el 31 de agosto y el 8 de septiembre. Previamente, todo apunta a que regresará a Sanxenxo durante otro fin de semana de regatas para intentar competir. Podría ser en el mes de junio.