Residentes de la calle Augusto García Sánchez, en el barrio pontevedrés de Campolongo, están cansados de la situación que se repite constantemente en esta zona debido a la presencia de los denominados "gorrillas", personas que se dedican a aparcar coches a cambio de unas monedas, en los soportales de los edificios de este entorno.
Denuncian que siempre hay un mínimo de tres personas asentadas bajo esos soportales, situación que consideran "muy desagradable" para el vecindario que tiene acceso a las viviendas.
Señalan que normalmente permanecen tres personas a primeras horas de la mañana en esta galería privada de uso público y, a medida que avanza el día, se van sumando hasta alrededor de ocho personas que se dedican a consumir alcohol y sustancias estupefacientes en la calle con las litronas esparcidas por la acera y soportales.
Estos vecinos indican que incluso instalan sillas de playa para pasar la jornada en este espacio, que dejan sucio.
Advierten de que la Policía Local no actúa a pesar de que el consumo de alcohol en la calle es continuo por parte de estas personas, incumpliendo tanto la Ley de Salud de la Xunta de Galicia y la ordenanza municipal que prohíben "el consumo en grupo de bebidas alcohólicas en la vía pública, parques y plazas públicas y otros lugares de tránsito público". Recuerdan también que toda esta situación se produce a escasos metros del colegio público de Campolongo ante la presencia de menores de edad que acceden al centro escolar.
Los residentes manifiestan que el Concello de Pontevedra tampoco atiende sus demandas ante una situación que se mantiene en el tiempo sin perspectiva de solución.