La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra juzgó este martes a un joven que presuntamente entre los años 2012 y 2016 abusó y agredió sexualmente a tres menores de edad. Una de ellas era su novia y asegura que la obligó a mantener relaciones no consentidas, otra era una chica de 14 años a la que entrenaba y que explica que mantuvo relaciones sexuales con él llorando y la tercera era una niña de 13 a la que daba clases de guitarra y supuestamente realizó tocamientos.
El acusado, en el momento de los hechos, era entrenador de un club de baloncesto de la comarca del que PontevedraViva no dará el nombre para no identificar a las víctimas. A su novia la conoció en el club, la chica de 14 años jugaba en el equipo y la tercera víctima era hermana de un compañero del equipo. Sin embargo, estos hechos fueron denunciados cuando el chico ya no estaba vinculado a este equipo. En la actualidad, vive en el extranjero y sigue vinculado al mundo del baloncesto.
La Fiscalía de Pontevedra le acusa de un delito de agresión sexual a menor de 16 años de carácter continuado, un delito de abuso sexual de carácter continuado a menor de edad y un delito continuado de agresión sexual con penetración a menor de edad con el agravante de parentesco.
Por estos tres delitos, pide que sea condenado a 21 años y ocho meses de prisión y a la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de sus tres víctimas y comunicarse con ellas.
Además, la fiscala pide para él la medida de libertad vigilada por un total de 15 años y su inhabilitación para desempeñar oficios o actividades que supongan contacto con menores de edad por un tiempo de 32 años. En la actualidad, trabaja en un colegio.
La fiscala también pide que indemnice a una víctima con 25.000 euros y a otra con 50.000.
Las tres víctimas declararon este martes en la Audiencia a puerta cerrada para proteger su intimidad y, además, lo hicieron protegidas por un biombo para evitar el contacto visual con el acusado.
La declaración del acusado sí fue en audiencia pública y el hombre negó todas las acusaciones de abuso y agresión sexual. Sí reconoció que había mantenido relaciones sexuales con dos de las chicas cuando eran menores de edad, pero aseguró que siempre habían sido consentidas. "Toda la actividad sexual que teníamos era consentida", insistió sobre las dos víctimas de agresión y negó también tocamientos a la tercera menor.
A una de sus víctimas la conoció entrenando en 2014. Él acababa de cumplir 19 años y ella tenía 14 y fue su entrenador durante algunos entrenamientos y dos partidos. Empezaron a hablar por redes sociales, luego quedaron alguna vez y al año siguiente, en 2015, empezaron a quedar con "más frecuencia". El chico reconoce que nunca tuvieron una relación de novios y que mantuvieron relaciones sexuales en distintas épocas durante un año, más o menos.
Según el relato de él, quedaban tanto en el calle como en locales de hostelería, sin esconderse, y normalmente mantenían relaciones sexuales en el piso compartido en el que vivía él. Según denunció la chica, durante alguna de esas relaciones, ella estaba llorando y él reconoce que en dos ocasiones "noté que estaba mal", la vio llorar durante la relación sexual y pararon. Hablaron de ello y ella se fue a su casa.
El acusado reconoció que la chica le contaba sus problemas, "hablaba mucho con ella" y le contaba su "malestar", pero no consideraba que ella fuese vulnerable, como sí considera la acusación.
Años más tarde, antes de que esta joven denunciase en el año 2019, ella le envió un mensaje reprochándole "me cambiaste la vida cuando tenía 14 años" y él le envió otro diciéndole: "asumo toda la culpa". Él reconoce este segundo mensaje, pero explica que se disculpa porque "yo no me había portado bien con ella" en relación con su ex novia, pues cuando la chica quiso volver con él, él lo dejó todo, volvieron y esa chica supuestamente amenazó a la menor desde su teléfono móvil.
Esa relación con la víctima de 14 años era intermitente y el acusado reconoció que la fue intercalando con la relación con su novia, con la que mantuvo una relación de 2013 a 2016. La conoció cuando ella tenía 15 y él 16 y ambos jugaban al baloncesto. Con ella empezó a mantener relaciones sexuales desde que él tenía 17 y ella 15, casi 16.
Esta chica denuncia tres episodios en los que las relaciones no fueron consentidas, pero él lo niega, asegurando que "nunca" la obligó a mantener relaciones completas ni sexo oral y que él sí se sintió obligado. "Yo sí me sentí coaccionado a tener relaciones con ella cuando estaba operado de la rodilla, pero era mi pareja y lo hice", declaró.
De esta segunda víctima explica que tuvieron una "relación tóxica" y "muy convulsa", con muchas discusiones e infidelidades y que, cuando lo dejaban, él estaba con la otra.
De la tercera víctima explicó que ella tenía 13 años y le daba clases de guitarra. Pese a que la chica asegura que la sometió a tocamientos, él asegura que no lo hacía y que tenía una relación "muy cercana" con toda su familia, que "me trataban como si fuese un hijo y yo les consideraba como de la familia".
Las acusaciones sacaron a relucir supuestos casos de relaciones del acusado con chicas de 11 o 12 años a las que supuestamente pedía que le enviasen fotos en ropa interior o en bikini, pero estos hechos no forman parte de la acusación formal ni del juicio, de modo que el tribunal rechazó sacarlas a colación. También rechazó la Audiencia que aportasen como pruebas publicaciones en redes sociales de las víctimas.