Desde este lunes la hostelería y restauración ya puede ofrecer servicio en el interior de los establecimientos manteniendo limitaciones de aforo y diversas medidas de prevención. Sin esta restricción, los locales del sector en Pontevedra responden de forma desigual y con múltiples perspectivas. Bares y cafeterías eran los primeros en ofrecer dicha disponibilidad. Los hay que siguen manteniendo los negocios cerrados. Entre los que abren, la opción que escogieron mayoritariamente es la de espaciar las mesas o inhabilitar algunas de las existentes.
Ramón comienza la semana desayunando en el interior de un céntrico establecimiento de la plaza de España porque en la terraza todas las mesas estaban ocupadas. Es su primer café sentado en una cafetería desde marzo y antes de ir al trabajo, que no ha cesado en la rama sanitaria a la que se dedica. En la plaza de la Verdura, José está acompañado de su mujer y su madre, de avanzada edad y por ella prefirieron tomar sus cafés dentro del establecimiento del que se declara "cliente habitual". Este hotel por ahora lo único que mantiene cerrado es el restaurante y en la recepción este lunes notan que se han empezado a animar las reservas para julio y agosto.
Pasando a las taperías, el número de establecimientos cerrados es más elevado; las que han abierto y disponen de terraza tienen las mesas ocupadas y en el interior, escasos clientes ya que las distancias mandan. Encontramos en el centro histórico una tapería que se prepara para la reapertura esta semana, lo hará con la mitad del aforo, tanto dentro como fuera, además de con la mitad del personal trabajando. En este caso la vuelta a la actividad "tenemos que hacerla con subida de precios", una circunstancia que se debate dentro del sector y que secundarán dependiendo de la decisión de cada negocio.
En la plaza de Curros Enríquez, José Antonio reabre su local este lunes desde mediados de marzo. Aprovechando las nuevas condiciones para la hostelería realizaba algunas reformas en el interior y en el exterior tuvo que reducir el número de mesas. Por el momento no pensó en limitaciones de tiempo para los clientes que se acerquen a comer o cenar, confía en su buen criterio y también en que progresivamente el ritmo de trabajo se vaya normalizando.
En la plaza de las Cinco Calles encontramos un negocio al que la pandemia le llevó a abrirse a la entregas a domicilio. En la fase anterior únicamente abrieron la terraza un día y la falta de respeto a las normas por parte de los ciudadanos hizo que decidieran volver a cerrar. Este lunes montaban las mesas permitidas y habilitaban los espacios en el interior con recordatorios de las máximas higiénicas a cumplir. Su mayor temor es el comportamiento de las personas.
Se evidencia que la heterogeneidad impera en el sector de hostelería y restauración de la ciudad y en ese crisol hay quienes también se reiventan y readaptan completamente. En la calle de la Palma una coctelería reajustó sus horarios ampliando las horas de día en detrimento de las nocturnas y ampliando su carta. Su propietario, Luis López, abrió la terraza de su negocio en la fase anterior y aprovechaba el día de descanso de este lunes para terminar de reconfigurar los espacios del interior del local. Cuida al máximo las condiciones higiénicas que ofrece al cliente como las dispuestas en el establecimiento; son tales que en los baños y la barra aplicó una pintura antihongos.