El centro penitenciario de A Lama ha vuelto a demostrar esta semana su apuesta por la reinserción y la mejora de la convivencia entre las personas privadas de libertad y ha puesto en marcha el primer módulo de respeto mixto de una prisión gallega.
El módulo es el primero de la comunidad autónoma de Galicia y uno de los pocos que existen a nivel nacional y supone también avanzar en la igualdad entre mujeres y hombres en prisión, pues en A Lama se da una media similar al resto de centros españoles en cuanto al sexo de los internos -93% de varones frente al 7% de mujeres-, de modo que no existe el número suficiente de internas como para crear un módulo de respeto solo para ellas.
Esta circunstancia estaba privando a las internas de A Lama de la posibilidad de entrar en los programas educativos que promueven los módulos de respeto, un proyecto consistente en la adquisición de conductas sociales normalizadas y el respeto a unas normas que los propios internos internas se encargan de evaluar, eso sí, siempre con la supervisión de los profesionales penitenciarios.
Una de las prioridades de la dirección del centro pontevedrés, que asume José Ángel Vázquez, es, desde hace años, promover la igualdad entre hombres y mujeres a través de programas de actuación de mejora de la situación de las internas, de modo que este proyecto supone avanzar un paso más en este camino.
El módulo lleva ya unos días funcionando con 48 internos e internas. Respetando la intimidad y las particularidades necesarias de ambos sexos, todos conviven en las zonas comunes de actividades y comparten tareas, comedor y otros sevicios en todas las horas en las que están fuera de sus celdas, esto es, entre las 8.00 horas y las 13.30 horas por la mañana y de 16.30 a 20.30 por la tarde.
El resto del tiempo permanecen en sus celdas en diferentes plantas, las internas en el segundo piso del módulo y los internos en el primero.
Desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias destacan que este proyecto atiende a la necesidad de crear un marco de igualdad, un entorno adecuado para preparar la vida en libertad y la inserción social, pues "fomenta un modelo de convivencia adecuado para estos objetivos".