Con una plantación simbólica de eucaliptos, varias asociaciones ecologistas han llevado hasta la emblemática plaza de A Ferrería su campaña para denunciar la eucaliptización del monte gallego. Lo han hecho convirtiendo este espacio urbano en un improvisado bosque de eucaliptos que llamó la atención de los pontevedreses sobre esta problemática.
"Queríamos que á xente lle impactara ver o eucalipto onde non debería estar para que entendan que hai moitos sitios onde non debe estar, como pasa nos nosos montes", ha explicado Fins Eirexas, secretario general de ADEGA, colectivo que ha impulsado este acto reivindicativo junto a APDR, la Federación Ecoloxista Galega y Cousa de Raices.
Esta eucaliptización, ha explicado Eirexas, es un proceso "masivo" que se ha dado en los montes gallegos, en donde el eucalipto ocupa ya medio millón de hectáreas, aunque espera que pueda ser "reversible" si la administración autonómica entiende que esta especie "é todo menos unha oportunidade" para el medio rural de Galicia.
ADEGA entiende que para el eucalipto "non hai freo, todo vale", ya que invade "sen ningún tipo de cortapisas" hábitats naturales de "altísimo interese", ocupa yacimientos arqueológicos y daña "profundamente" las oportunidades económicas para el desarrollo del rural porque "onde entra non cabe máis que o eucalipto".
"A ameaza é moi grave", ha añadido el secretario general de este colectivo, que ha advertido que, si la Xunta no toma medidas al respecto, en el plazo de "dez ou quince anos" espacios como O Courel o los Ancares "todo iso que temos en mente como o corazón do monte autóctono galego" estarán "eucaliptizado ata arriba".
Estas asociaciones ecologistas esperan que la ciudadanía sea "cada vez máis sensible" sobre esta "catástrofe natural" y presione a las administraciones.
Para ellas, el eucalipto "ten un padriño que se chama PP", al haber dejado que la política forestal de la Xunta la haya "deseñado" la empresa Ence, a cambio de "non xa de portas xiratorias senón arcos de triunfo por onde entran e saen ministras e conselleiros".
"Iso ten que mudar porque senón acabaremos sendo turistas no noso propio país", ha asegurado Fins Eirexas, que ha denunciado que "onde entra o eucalipto e o negocio de Ence non hai marxe para facer outra cousa".