Que la cena de Nochebuena y la comida de Navidad puedan ser especiales aunque la situación personal del comensal sea complicada y esté marcada por la falta de recursos económicos. Este es el objetivo que persigue la iniciativa puesta en marcha este viernes por el comedor social de San Francisco y el chef Pepe Vieira, reconocido con una estrella Michelín y dos soles Guía Repsol.
Los usuarios habituales del comedor realizaron la misma cola que cada día, en esta ocasión bajo una lluvia insistente y penetrante a pesar de los paraguas, pero, cuando llegaron a la puerta de San Francisco, se encontraron con un servicio diferente y adaptado a la jornada festiva. Les entregaron una bolsa con un menú elaborado por el equipo de Pepe Vieira en su restaurante La Ultramar de Pontevedra y otra con platos ‘extra’ cortesía del propio comedor y sus donantes habituales.
El padre Gonzalo, responsable del comedor, explica que cada año suelen hacer una comida especial por estas fechas y este año que la pandemia les impide dar servicio de mesa en las propias instalaciones -permanecen cerrados desde marzo de 2020 y entregan la comida para llevar- querían que se mantuviese esa cita navideña y tengan una "Nochebuena especial". Para ello, además de este menú doble de este viernes, en los dos últimos días entregaron a los usuarios un pack con sidra, turrón, polvorones, higos y cacahuetes.
Este viernes, el menú ha sido doble porque "se juntan dos días seguidos de festivos religiosos, nosotros no abrimos nunca los festivos religiosos, entonces, se les da para que puedan tener para mañana y para pasado mañana". Insiste el padre Gonzalo en ese objetivo, que puedan celebrar estas fiestas lo mejor posible aunque no tengan recursos.
No es el primer año que Pepe Vieira elabora este menú de Navidad y antes de la pandemia llegó a prepararlo el propio chef en las cocinas del comedor social, pero las restricciones de la crisis sanitaria les ha llevado este año a preparar toda la comida en las cocinas de La Ultramar y llevarla a San Francisco ya envasada, lista para entregar.
Federico García, director comercial de la marca, explica que todo el equipo de cocina, de sala y de eventos de la empresa se implicó en la elaboración de este menú.
Está compuesto por un entrante de Gyozas con salsa de coco, un principal de paletilla de cordero lechal asada y puré de patata y un postre de torrijas y crema de vainilla. También sus proveedores les han echado una mano y uno incluso les dejó la furgoneta con la que trasladaron la comida hasta el comedor.
En esta ocasión, el chef Xosé T. Cannas, más conocido como Pepe Vieira, no pudo acudir, pero sí lo hicieron sus colaboradores y llevaron 150 menús preparados en formato ‘delivery’. Todo responde a la misma filosofía de tratar de "apoyar al comedor en todo lo que podemos" y "con más motivo todavía" en un día "tan especial".
En cuanto a la otra bolsa de comida, la preparó Carmen Canosa cocinera habitual del comedor, e incluye un plato de bacalao con coliflor, bocadillo, pan y un bote de melocotón en almíbar realizado con donaciones de Frutas Moncho y Congelados Conjusa.
Tanto los menús de Pepe Vieira como los del propio comedor se elaboraron pensando en 150 personas, los usuarios habituales del comedor, si bien este viernes la intensa lluvia que cayó a mediodía redujo ligeramente la asistencia.
Entre los primeros de la cola estaba JJ, de 33 años y residente desde hace años en Pontevedra. Acude al comedor casi a diario desde el año 2019 y ya lo había hecho también durante un período de 2013 porque sus ingresos de la Renta de inclusión social de Galicia (RISGA) no le alcanzan para pagar la habitación en la que vive y comer a diario.
Este viernes, mientras esperaba por su menú de Navidad, se mostraba agradecido por el gesto de Pepe Vieira, que "ayuda a la gente que tiene menos recursos" y por el trabajo de San Francisco. Además, se mostró muy agradecido a la solidaridad recibida y por su situación general. "No nos podemos quejar, hay gente que está mucho peor que nosotros, aunque no lo parezca", señaló.
Como él, cada día acuden a San Francisco unas 150 personas, si bien hay días en que baja a 130 o 140. Son más que los 120 habituales antes del inicio de la pandemia, pero muchos menos que en el pico de la crisis sanitaria, cuando llegaron a atender a 210 personas.
Ahora, dado que el comedor no sirve en mesa, sino para llevar, los recursos necesarios son los mismos, pero no los voluntarios que colaboran para servir y, según el padre Gonzalo, con la cocinera, dos religiosos y un voluntario "nos arreglamos". Ya tan solo piensan en que todo mejore y puedan regresar al comedor, "que es lo que queremos".