Este lunes comenzaban a llegar los primeros feriantes a Pontevedra con motivo de las Fiestas de la Peregrina, que darán comienzo el sábado. Las atracciones abrirán al público un día antes.
Debido al movimiento que está habiendo esta semana en las avenidas de Montero Ríos, Reina Victoria y Alameda, nos hemos preguntado cómo es la vida del feriante y han sido varios los que compartieron sus vivencias con PontevedraViva.
Son muchas las generaciones que año tras año están asistiendo a las ferias de Galicia y de toda España, donde algunos puestos llevan más de 60 años ofreciendo diversión a los más pequeños y no tan pequeños. Tanto abuelos como padres, hijos, y probablemente los hijos de sus hijos se dediquen a esta vida que parece de diversión, pero que en el fondo es una vida dura, según comentaba uno de los feriantes: "mi padre me dio dos opciones, o feria, o estudios, y ahora que soy padre de dos hijos me arrepiento, porque si hubiera estudiado les habría dado mejor calidad de vida".
"Yo no les recomiendo esta vida a mis hijos, prefiero que estudien", pero al final la vida del feriante es un estilo de vida y "se crían aquí, les gusta y se quedan con esto", concluyó mientras trabajan en el montaje de las atracciones que estarán hasta el fin de las fiestas.
Aunque parezca que este trabajo es solo por la noche, tardan alrededor de una semana en montar las atracciones para que la gente disfrute. Llueva, haga frío, o haga calor, tienen que tener todo preparado para el comienzo de las fiestas, ya que cada día que pasa, les supone perder dinero.
A pocos metros del primero, otro feriante comentaba que"esto es una moneda al aire, puede salirte bien o salirte mal", y este año, por lo que explica, está saliendo mal, "hay pocos veraneantes, en las ferias de Galicia se ha notado mucho". Todo ello debido al mal tiempo de este verano, factor clave para estos trabajadores que ven en los días nublados la oportunidad para atraer más gente. "Si llueve trabajamos poco, si está nublado es bueno porque si hace mucho calor la gente se va a la playa", decía un tercero.
Además del mal tiempo, otro de los factores que supone una baja participación de asistentes es el alto precio de las atracciones, que este año será de entre 3,50 y 4 euros para las atracciones de adultos, y a partir de 3 euros las de los más pequeños, según se puede ver en los carteles que están instalados en el recinto de la Alameda.
Los feriantes justifican el precio elevado en que ellos tienen la misma cuota de alquiler ya que tienen el concurso adjudicado por cuatro años pero "sigue siendo caro, es una reivindicación que llevamos de toda la vida". Al final es una pescadilla que se muerde la cola, "cada año es peor, se paga más y viene menos gente". Algunos aumentan el precio de las atracciones, por lo que va menos gente.
Esta es la vida del feriante de cara al público, pero detrás hay mucho sacrificio. No tienen una casa estable, se dedican a viajar durante todo el año y muchos, en Pontevedra, se quedarán a vivir en la parcela municipal de Mollabao. Entre los que se quedan, las quejas son por los múltiples baches del terreno, otros eligen otras ubicaciones.