En este 2017 Ana Pontón pasará a ser una "versión 4.0" como alguna amistad le bromea cuando se habla de llegar a los 40. Si la portavoz nacional del BNG se mira a sí misma de niña se definiría como bastante introvertida, buscando su espacio en solitario con la lectura entre una familia numerosa. Según su madre, una niña tranquila, estudiosa e interesada por lo que pasaba a su alrededor.
Un interés por su entorno que lejos de abandonarla, se le debió pegar a la piel y con 16 años entró a formar parte de Galiza Nova. Esa entrada en la política activa, cuenta que fue "de manera muy natural", después de colaborar en una revista de se instituto.
En Santiago estudió Ciencias Políticas y de la Administración, una etapa universitaria en la que "aprendes a responsabilizarte de tu vida". Antes de su primer contrato con cotización a la Seguridad Social, le tocó pasar por varios trabajos "entre la economía sumergida". En 2004 consiguió su primer acta de diputada.
Aunque se declara usuaria habitual de redes sociales, reivindica las conversaciones de tú a tú en las que poder mirar a los ojos al interlocutor. En el tiempo libre que dispone le gusta visitar a su familia, pasear por los Ancares o por el Courel "donde te sientes tan pequeña en ese contacto con la naturaleza". También le gusta el cine, y recomienda, una película de un director-actor de origen gallego "Mimosas" de Oliver Laxe.
Su banda sonora es un reflejo de valores, ideas y sentimientos. Incluso confiesa que hizo algunos tanteos cantando, pero que por ahora tendrán que seguir esperando. Un universo con "música del país", de diferentes palos, con alguna incursión folk foránea -pero reivindicativa- y un punto pop pero en su momento revolucionario. Y con algún guiño y homenaje a la infancia y una canción compartida con Alberte.