La profesión paterna y posteriormente los estudios universitarios hicieron que Adrián Rodríguez pasara su infancia y primera juventud entre Vigo, Ferrol, Ribadeo y Santiago. Sin embargo, es Pontevedra donde ha echado raíces y de donde afirma no querer salir. Esto después de que una concatenación de casualidades lo llevaran hasta la redacción de Diario de Pontevedra.
En esta Playlist de PontevedraViva Radio se declara "muy maniático" y de acusado sentido de la responsabilidad "hasta el exceso". Un "cocinillas" para algunos platos concretos: el arroz con pota, la tortilla, los revueltos y la pasta; y de "haber caído rendido" ante la nueva cocina. Tenía temprana vocación periodística, pero ciertas visicitudes con las calificaciones lo llevaron a licenciarse en Ciencias Políticas. Aunque dice que no consiguió adaptarse al mundo universitario hasta el último curso, de Santiago se trajo una licenciatura y a la que sería su mujer.
Y hablando de mujeres, su madre era la que le abocó a sus inicios musicales con vinilos de los 60 y los 70. Musicalmente apunta que se quedó a comienzos del siglo XXI; aunque sus dos hijos pequeños, André y Antonio, seguro que harán de cicerones. Su primera cassette era de Siniestro Total, se la prestó a un colega y la destrozó de tanto escucharla. También prestó su primer CD, de Eric Clapton, y nunca más lo volvió a ver. Miento, se lo regalaron posteriormente para paliar el fallido préstamo. Y tampoco le han devuelto un libro que ya avanzaba el final: "Saber perder" de David Trueba. Con todo esto Adrián, cuélgate el cartel aquel de: ni fío, ni doy, ni presto.