"¿Si beso a un chico que ha fumado un porro doy positivo en el test de drogas? ¿Y si en mi pandilla están fumando y yo respiro el humo? ¿Con cuánto calimocho doy positivo?".
Estas preguntas y otras tantas igual de interesantes se hicieron este lunes en la jornada práctica de educación vial desarrollada en la explanada de A Seca. Estaba dirigida a 150 jóvenes del IES de Poio y del colegio SEK-Atlántico, que en muy poco tiempo cumplirán los 18 años, la mayoría de edad que les permite sacar el carnet para ponerse al volante de un coche.
Esta jornada práctica de educación vial forma parte de un programa de sensibilización vial en accidentes de tráfico para estudiantes de los centros educativos del municipio de Poio y están organizadas de forma conjunta por la Jefatura Provincial de Tráfico de Pontevedra, el Subsector de Tráfico, el Concello de Poio y su Policía Local cuyo jefe, Antonio Duarte, recordó que "el objetivo es concienciar a los jóvenes para reducir el número de siniestros viales".
Junto a esta clase práctica, posteriormente, este mes, tendrá lugar una sesión teórica en las aulas de los dos centros.
En la sesión práctica, agentes del Subsector de Tráfico de Pontevedra y personal de la Jefatura de Tráfico mostraron a los jóvenes el funcionamiento del radar con ejercicios prácticos reales y comprobaron el funcionamiento de los test de drogas, mientras la Policía Local explicaba a los jóvenes el funcionamiento de los etilómetros. Los chavales se animaron a realizar el test y trasladar todas sus dudas sobre los diferentes equipos de control y vigilancia del tráfico. Asimismo, el helicóptero Pegasus de la DGT también aterrizó en la zona y los jóvenes pudieron conocerlo por dentro.
Hasta el recinto de A Seca acudieron la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Ana Ortiz; la jefa provincial de Tráfico, María Isabel Alonso de Linaje; el jefe accidental del subsector de Tráfico, Miguel Trillo; el alcalde del municipio, Luciano Sobral y el jefe de la Policía Local, Antonio Duarte.
La jefa provincial de Tráfico subrayó la necesidad de que los jóvenes conozcan las consecuencias físicas, psíquicas y sociales derivadas del consumo de las distintas drogas y alcohol. María Isabel Alonso de Linaje considera que este tipo de iniciativas contribuyen a desarrollar una actitud positiva y de respeto hacia los que no realizan actividades de riesgo.
Además ayudan a promover una actitud crítica frente a la presión grupal que se vive a estas edades como factor favorecedor del inicio en el consumo de drogas y alcohol.
Por su parte, el alcalde de Poio valoró que la educación vial contribuye a adquirir conocimientos y pautas de actuación para la reducción de riesgos.
Por si no la sabían esta es la respuesta: En el caso de un hombre de unos 70 kilos de peso basta con que haya bebido dos cervezas o una copa y media de vino para que, en un control de alcoholemia, presente una tasa de entre 0,25 y 0,50 mg/l en aire expirado. Para una mujer de unos 60 kilos, una cerveza o una copa y media de vino bastarán para alcanzar esa misma tasa de alcohol. Y uno no da positivo por besar a alguien que venga de fumar un porro.