El fotoperiodista Diego Torrado ha hecho un recorrido por la Pontevedra vaciada.
El Estado de Alarma apenas ha dejado un alma en las principales vías de la ciudad del Lérez. Tan solo algunos transeúntes caminan apurados y en silencio para hacer actividades esenciales como compras de alimentación.
No es extraño ver las calles vacías, desérticas, si fuera la primera hora de un domingo, pero lo sorprendente es que este timelapse está grabado en un día 'laborable' y en las que se supone que deberían ser horas de máxima actividad en las que la Boa Vila rebosa vida.
Con la gente confinada en sus casas Pontevedra se convierte en una ciudad fantasma.