En momentos difíciles toca reiventarse. Así lo está haciendo desde esta semana uno de los puestos de venta de la plaza de abastos. Decretado el estado de alarma y consecuentemente el cierre de la hostelería, una de las líneas de negocio de Carnicería Macario se vino abajo; la segunda línea, el usuario particular que acude al mercado ha caído aproximadamente un 90%, estima.
¿Qué hacer para mantener el negocio que iniciaron sus abuelos? Adaptarse a la situación. Ha puesto la mirada en las redes sociales abriendo cuentas en Facebook e Instagram para llegar a nuevos clientes y el servicio a domicilio que hasta ahora utilizaba para la restauración lo hace extensible a particulares, llevando sus pedidos al cliente que lo solicita en Pontevedra y sus alrededores.
Solo lleva desde el inicio de la semana, pero Macario Fariña, su propietario, dice que "tenemos nuevos clientes y en número ya han sido más que las tres personas que este lunes se acercaron a hacer su compra hasta la plaza".
"Al abrirnos a las redes sociales nos acercamos a un perfil de cliente que no suele frecuentar el mercado y con el reparto a domicilio ayudamos a quienes no pueden o prefieren no salir en este momento para hacer la compra" comenta, aguardando que el resultado insufle también el ánimo de sus empleadas.
Su iniciativa va en camino de que otros negocios ubicados en el mercado de Pontevedra también ofrezcan esta posibilidad de hacer entregas a domicilio para intentar compensar otro de los difíciles momentos que le toca atravesar a este emplazamiento de la capital.