El Peixe Galego dio este viernes el primer traspiés del año en el Carlos Sastre de Ávila. Aunque, de primeras, parecía un partido bastante asequible para los de Javi Llorente (ante uno de los equipos de la parte baja de tabla), éstos no fueron quién de prolongar su buena dinámica. A pesar de que siguen en la lucha por los puestos de play-off, son, sobre todo, este tipo de partidos los que no se les deben escapar a quiénes quieran optar a ellos.
Empezaron fuertes los abulenses, adquiriendo rápidamente distancia en el marcador. Sin embargo, los visitantes no tardarían en recortar la diferencia e igualar el resultado al término del primer cuarto (14-14). Fue a partir del segundo, cuando los locales supieron imponerse de nuevo y colocarse por delante (hecho que no cambiaría ya durante el resto del duelo).
Tras el descanso (28-21), aún con una notoria mejoría del cuadro pontevedrés, capaz de realizar un parcial esperanzador de cara al tramo definitivo del encuentro, un último cuarto demoledor por parte de los de casa hizo que se esfumase cualquier mínima posibilidad de llevarse los dos puntos. Finalizó el choque, de esta forma, con un resultado más que duro para los gallegos (68-48).