Después de la dura derrota vivida en Ciudad Real, el Club Cisne Balonmano regresó al Pabellón Municipal para medirse al Agustinos, un recién ascendido que no puntuó lejos de casa pero que venía de eliminar a Huesca en Copa del Rey y al Barça B en liga.
Y tras 15 días fuera de casa y tres partidos a domicilio, el conjunto cisneísta regresó a Pontevedra para regalar a su afición un importante triunfo que no solo vale dos puntos, sino que sirve para recuperar buenas sensaciones.
La primera brecha en el marcador se produjo a los cuatro minutos de juego tras un siete metros detenido por Franzini, el Cisne se quedaba con un jugador menos sobre la cancha por la exclusión de Mateo Arias, pero Serrano se encargaba de transformar el 3-1.
La igualdad continuó siendo la tónica predominante en el duelo, el Agustinos devolvió el empate a los 9 minutos (4-4), pero en ningún momento fue capaz de voltear el resultado. Los de Jabato, en cambio, pisaban el acelerador después de otro siete metros detenido por Franzini y comenzaban a fluir para desnivelar las fuerzas y hacer un +4 que suponía la mayor diferencia hasta el momento (12-8).
Quedaban 5 minutos para el descanso y los blancos ampliaron a cinco goles su renta, que volvió a quedar reducida en cuatro cuando finalizó el primer tiempo (14-10).
Después del paso por los vestuarios el dominio cisneísta fue mayor, con una defensa imperial que permitía endosar un nuevo parcial de 3-0 para ponerse 17-11 a los cinco minutos del segundo tiempo.
Devolvió el golpe el conjunto alicantino con otro 0-3, Jabato pidió tiempo muerto, pero el Cisne ya no era el mismo y una serie de pérdidas en ataque empezó a condenarlo. No había fluidez en las circulaciones y cuando lograban sacar el lanzamiento, aparecía Adrián Torres para bajar la persiana (19-18).
Se alternaba la ventaja de uno o dos goles a favor de los locales y el empate era cuestión de tiempo, pero la defensa abierta de Agustinos favoreció a los de Pontevedra, y en especial a Alberto Delgado, que devolvía las buenas sensaciones a su equipo.
Con una diferencia de dos goles (24-22) se alcanzaron los minutos decisivos a los que los de Alicante llegaron con vida, pero el Cisne no solo alargó sus últimos ataques para rascar los máximos segundos posibles, sino que terminó sentenciando por 28-24.