El 82% del alumnado tiene limitaciones para comunicarse con sus profesores, con una mayor afectación en el ámbito rural

Pontevedra
20 de abril 2020

Los datos se extraen de una encuesta realizada por el sindicato CIG-Ensino, en la que también se destaca el hecho de que un 61% del profesorado afirme tener problemas para conectar con su alumnado y más de la mitad del personal docente reconozca que no contaba con formación o experiencia previa en la  teledocencia

Encuesta de CIG-Ensino
Encuesta de CIG-Ensino / CIG-Ensino

El sindicato CIG-Ensino realizó la pasada semana del 11 de abril una encuesta entre el profesorado de la enseñanza pública que contó con la participación de 6.352 docentes para conocer como está siendo la experiencia de teleformación, cuando ya se cumple un mes desde la suspensión de las clases presenciales por el estado de alarma.

En los datos recogidos, se destaca la brecha digital y social existente tanto entre los profesionales como en el acceso del alumnado a los medios tecnológicos. La falta de formación específica en teleformación, las desigualdades en cuanto a recursos económicos para acceder a la tecnología o las dificultades en las zonas del rural para tener conexión a internet son algunos de los aspectos que se detacan en este estudio. Todo esto tiene como consecuencia el aumento del nivel de  estrés entre el profesorado y un descontento generalizado con la actuación de la Consellería de Educación.

La experiencia del día a día de los profesores muestra la constatación de una realidad preocupante: el 82% del alumnado tiene limitaciones para comunicarse con sus profesores, en la mayoría de los casos, por cuestiones que difícilmente pueden solucionar los docentes, a pesar de buscar alternativas. Además de problemas de cobertura, especialmente en zonas del rural, existen otros condicionantes socio-económicos detrás de esta desconexión: dificultad de las familias para el manejo de los dispositivos electrónicos y de las plataformas educativas; padres y/o madres que tienen que compaginar trabajo como servicios esenciales y/o teletrabajo con el cuidado de los menores y que, por lo tanto, precisan de los medios informáticos en horario escolar o no disponen de tiempo para acompañarlos en las actividades de aprendizaje; y situaciones económicas complejas derivadas de ERTE´s, despidos o cierres de negocios familiares, principalmente.

Como consecuencia de esta situación, el profesorado informa en sus respuestas a la encuesta que en más de la mitad de sus aulas participa menos de la mitad del alumnado. "Se facemos unha analoxía da situación da teleformación cun centro escolar ordinario, a metade das aulas terían importantes ausencias e na outra metade a inmensa maioría dos pupitres estarían baleiros", se explica desde CIG-Ensino. Frente a este dato, solo un preocupante 10% de las aulas registra una participación mayor del 90% de los escolares.

 

NECESIDADES EDUCATIVAS DE APOYO ESPECÍFICO, LAS MÁS DESCONECTADAS

En el caso de los menores que tienen diversidad funcional o que precisan de un apoyo específico se comprueba cómo sufren con mayor presión la falta de recursos y de interacción con su profesorado habitual y con los especialistas de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje. Casi un 35% del total de las respuestas indica una menor participación de este alumnado y el 31%  apunta a los insuficientes recursos y materiales adaptados. Solo un reducido 20% de los docentes afirma que la participación en la enseñanza telemática es similar.

Existe otro dato preocupante y que incide en una mayor carga de trabajo y de estrés entre el profesorado encargado del alumnado con Necesidades Educativas de Apoyo Específico: el 85% afirma que no recibió ninguna indicación específica para abordar la diversidad empleando la formación a distancia.

 

PROFESORADO ESTRESADO

Dos tercios del profesorado que cumplimentó la encuesta afirma que la nueva situación creada con la suspensión de la docencia presencial y el confinamiento le supuso un incremento muy importante de trabajo. Teniendo en cuenta el sistema educativo presencial y socializador en el que estamos, el 70% del personal docente de primaria afirma que no contaba con formación o experiencia previa en la teledocencia y casi la mitad del personal docente de ESO y niveles superiores declaró que se tuvo que enfrentar la esta nueva situación prácticamente de cero, sin apenas respaldo de la administración, con el apoyo de los compañeros del centro y teniendo que usar recursos propios.

 

RECLAMACIONES ANTE LA CONSELLERÍA DE EDUCACIÓN

El sindicato recuerda que "desde a CIG-Ensino xa alertamos ao comezo do confinamento que a comunidade educativa non estaba suficientemente preparada para a formación online e que esta non pode substituír de ningún xeito a presencial, sobre todo nalgunhas etapas e ensinanzas, o que debería ser tido en conta polas administracións á hora de tomar decisións sobre avaliacións, impartición de currículo novo, titulación ou promoción de curso".

Añade que, precisamente este silencio de la Consellería de Educación es uno de los aspectos destacados entre las quejas de los docentes en la encuesta. Casi la totalidad del profesorado (95%) considera como insuficiente la actuación de la administración educativa y tan sólo un 5% la considera idónea. El 90% reclama la necesidad de unas instrucciones claras que hubiesen permitido afrontar el segundo trimestre y su evaluación, así como el desarrollo de este hasta finales de curso. En el caso de la inspección educativa, su papel es irrelevante para el profesorado ya que solo representa el 3% de la información y orientación aportadas.

TERCER TRIMESTRE Y PRÓXIMO CURSO

En líneas generales, existe unanimidad a la hora de establecer unos criterios de evaluación para el tercer trimestre adaptados a la nueva situación. Un 93% de los profesores que contestó a la encuesta así lo manifiesta.

Dependiendo de la etapa educativa, hay disparidad de parecer acerca de cómo afrontar este final de curso: el 69% de los maestros que trabaja en infantil y primaria considera como mejor opción dar el curso por finalizado, desde el punto de vista académico, en el final de la 2ª evaluación. Por el contrario, la opción de una evaluación final condicionada y no discriminatoria es mayoritaria en las demás etapas educativas: 59% en la ESO, 63% en el Bachillerato, 65% en la FP y 58% en el resto de enseñanzas (escuelas de idiomas y otros centros de enseñanzas de régimen especial, como conservatorios o escuelas de arte).

Casi un 79% considera que el mejor criterio es una promoción de curso en el que las excepciones tenga que fijarlas el equipo docente, en función de la evolución de su alumnado a lo largo del curso, sin contar este período de teleformación. Otras opciones como el aprobado general (4%) o la promoción automática sin que el equipo docente pueda fijar excepciones (14%) son claramente minoritarias entre los encuestados.