Muchos ayuntamientos de toda España han decidido cancelar sus fiestas y eventos más importantes ante la situación de la pandemia del coronavirus. Así, entre otras, han ido cayendo los Sanfermines o la Feria de Abril y Madrid, por ejemplo, ha anunciado que suspenderá todas sus fiestas populares hasta noviembre.
Pero en el caso de Pontevedra, el Concello prefiere esperar. El alcalde considera "imprudente" tomar decisiones "sen argumentos" y más cuando afectan a algo que, no solo es cuestión de ocio y diversión, sino que también genera una actividad económica importante en la ciudad.
"Non me gusta adiantarme", ha señalado Miguel Anxo Fernández Lores, que entiende que en el momento actual cualquier aglomeración está prohibida, pero se desconocen aún las medidas que adoptará en el futuro el Gobierno en este sentido.
El alcalde asegura que "non sabemos" cuánto tiempo más va a durar el estado de alarma y en qué condiciones se hará el proceso de desescalada, por lo que ha adelantado que estas decisiones se irán tomando "a medida que se achegan esas datas".
Lo mismo ocurre con las elecciones que, una vez concluya la alerta sanitaria, deben celebrarse en Euskadi y Galicia.
Aunque el lehendakari vasco ha abierto la puerta a la posibilidad de celebrar estos comicios a principios de julio, Fernández Lores cree igualmente que hablar de fechas es "adiantarse demasiado".
Antes de llamar a los ciudadanos a las urnas, ha añadido, las autoridades deben analizar cómo ha evolucionado la pandemia o conocer, entre otras cosas, los resultados de los estudios epidemiológicos que se van a realizar para conocer al grado de inmunidad de la población.
"Eu non me atrevería a dar unha data nese sentido", ha defendido Lores.