La Guardia Civil desarma la defensa de José Eirín: "Hubo una conciencia y voluntad del conductor de provocar la colisión"

Pontevedra
14 de marzo 2024
Actualizada: 30 de septiembre

La cuarta sesión del juicio estuvo centrada en los testigos peritos de la Guardia Civil. Un agente de Tráfico afirmó que "no estábamos ante un accidente, sino ante un siniestro vial provocado de forma consciente y voluntaria" y que el novio de Jéssica les dijo ese día: "esto miradlo bien, miradlo bien, porque ha sido él", en alusión al acusado

José Eirín, acusado por el crimen de Jéssica en Barro, durante el juicio
José Eirín, acusado por el crimen de Jéssica en Barro, durante el juicio / Mónica Patxot

Los agentes de Tráfico y del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de la Guardia Civil que investigaron la colisión entre el acusado del crimen de Barro, José Eirín, y su víctima, Jéssica Méndez, desmontan la línea de defensa del procesado y confirman la tesis que sostienen las acusaciones. Frente a la afirmación defensora de que se trató de un accidente con consecuencias desafortunadas, las acusaciones hablan de una intención de provocar un siniestro y matar a la conductora del otro coche. Los guardias refrendan esta última postura: "hubo una conciencia y voluntad del conductor de provocar la colisión".

La cuarta sesión del juicio estuvo centrada en los testigos peritos de la Guardia Civil y desarmó la línea de defensa. Un agente de Tráfico que acudió al lugar del accidente el 17 de marzo de 2022 en Constenla (Barro) afirmó que "no estábamos ante un accidente, sino ante un siniestro vial provocado de forma consciente y voluntaria". Habla de "embestida".

Este agente con 20 años de experiencia en Tráfico, explicó que, cuando los agentes acuden a un siniestro vial, se dan cuenta si hay un "elemento sorpresivo, involuntario, una infracción a una norma que ha generado ese siniestro", pero, en este caso concreto, "nos faltaba ese elemento de imprudencia, ese elemento de infringir una norma". Asegura que "no vimos por ningún lado indicios que nos hicieran pensar que ese hecho era algo involuntario"

Estaban tan convencidos que esa misma tarde del siniestro remitieron las diligencias a la Policía Judicial para que lo investigase como un hecho delictivo. 

Los dos del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico están seguros de que "si no hubiese hecho una maniobra hacia la derecha, no habría colisionado". Tras hacer varias simulaciones del accidente con distintas circunstancias, su conclusión fue que el vehículo del acusado circulaba por la N-550 de Barro hacia Caldas a 81 km/ y, cuando le quedaba "aproximadamente un segundo" para llegar al punto en el que la fallecida estaba parada en un Stop, "realiza un giro de volante a la derecha para impactar con el Seat Ibiza con un ángulo de 9 grados". 

"No estábamos ante un accidente, sino ante un siniestro vial provocado de forma consciente y voluntaria"

Descartan el fallo mecánico del vehículo y ven una clara intención del acusado, que no llevaba cinturón de seguridad, para impactar con la fallecida. La sostienen, entre otras cuestiones, en que sus estudios revelan que "se podía haber realizado una maniobra de frenado y haber minimizado consecuencias o hacer un giro que hubiese evitado la colisión", pero el acusado no lo hizo, ni frenó ni cambió la trayectoria, de modo que provocó el accidente.

Según estas conclusiones, "no había indicios en la calzada que hagan pensar" en esa maniobra evasiva, tales como marcas de frenado. Además, si hubiese frenado, el vehículo hubiese cabeceado y habría quedado unos centímetros más bajo del habitual, pero, en este caso,  "estaba en el mismo nivel y no existía un cabeceo que diese a entender que había frenado"

Asimismo, descarta que intentase frenar porque "si el vehículo está frenando, al colisionar, lanza el otro vehículos hacia delante y quedan separados", pero "en este caso, no se da esta circunstancia, quedaron unidos hasta el final" y se desplazaron 16,6 metros desde el punto de la colisión.

Además de ver la intencionalidad del acusado, también aseguran que la fallecida no podía haber hecho nada para evitar le fatal desenlace. "No tuvo posibilidad", aseguraron, de haber evitado la colisión.

Ya en el lugar del accidente, le hicieron la prueba de alcoholemia y dio negativo y, mientras le atendían en el Hospital Quirón Salud Miguel Domínguez, le hicieron la prueba de drogas y resultó negativa. La defensa alega que se desorientó por el efecto del tramadol, un opiáceo, pero no se puede demostrar porque este medicamento no se detecta en el narcotest.

Uno de los agentes aseguró que no notó mareado "en ningún momento" al acusado y, cuando le preguntó cómo estaba, le respondió "bien, me duele el dedo". Luego le preguntó qué había pasado y si se había quedado dormido, que es ahora la estrategia de la defensa, pero él lo negó en ese momento. "No, no, no, se me ha metido", afirmó, insinuando que ella había sido la causante del accidente, cuestión descartada por los especialistas. 

Un aspecto central del juicio se basa en determinar si existía un acoso previo del acusado a la fallecida que pudiese apuntalar la hipótesis de que empotró su coche con el de ella a propósito. La defensa lo niega y afirma que fueron "falsedades" que se empezaron a hablar tras su muerte, pero tres agentes confirman que, justo después del siniestro, se mencionó el tema. 

"Recuerdo hablar con la pareja y me dijo: esto miradlo bien, miradlo bien, porque ha sido él", explicó uno durante la sesión de la mañan. Otro agente de Tráfico, el instructor de las diligencias, confirmó que el hermano y el novio ya relataban esta situación de acoso ese día. "Me contó que eso ya se veía venir, que venía de atrás, que José Carlos le acosaba, que incluso habían puesto denuncias". El padre de Jéssica denunció en 2019 que alguien había pinchado las ruedas del coche de ella y sospechaban de José Carlos Eirín, pero no tenían pruebas. 

Durante la sesión de tarde el juicio, un tercer agente, un motorista que acudió al lugar, también lo confirmó. Según declaró,  la pareja de Jéssica, Ismael, le relató "que perseguía a su mujer y que ya habían incluso tenido que poner cámaras en el domicilio". Lo consultó con el hermano de ella y se lo confirmó. 

Este guardia civil también confirmó un enfrentamiento entre el novio de Jéssica y el acusado ese día mientras el segundo estaba en la ambulancia. Según explicó, no escuchó la discusión, pero sí que Ismael se dirigió a él "con una actitud amenazante". Sin embargo, tras ese encuentro, le preguntó a José Carlos Eirín si lo había amenazado y le dijo que no.